davies73_Christopher PillitzGetty Images_london stock exchange Christopher Pillitz/Getty Images

Un Brexit Post-Mortem para la City

LONDRES – Casi cinco años después del referendo del Brexit, y en los cinco meses que transcurrieron desde el propio Brexit, el debate sobre el futuro de la City, el centro financiero de Londres, ha quedado relegado a un diálogo de sordos. Quienes votaron en junio de 2016 a favor de abandonar la Unión Europea creen, más allá de la evidencia que demuestre lo contrario, que el impacto será mínimo, y que las advertencias de pérdidas de empleos y traslado de empresas son exageradas. Los que votaron a favor de quedarse están programados para pensar lo contrario y, más allá de la evidencia que demuestre lo contrario, pronostican desolación y miseria. ¿Qué podemos aprender de lo que ha sucedido en realidad?

Tenemos que reconocer, antes que nada, que el COVID-19 ha trastocado enormemente el panorama en los últimos 18 meses. A la gente no le ha resultado fácil cambiar de ubicación, aunque lo quisiera. Más importante, hay ciertos acuerdos regulatorios temporarios que amortiguan el impacto de la partida del Reino Unido del mercado financiero único. Existe un Régimen de Permisos Temporales en Londres para algunas empresas radicadas en la UE y la Comisión Europea ha permitido que se compensen instrumentos denominados en euros en Londres hasta 2022, para evitar la alteración que podría haber generado un cambio repentino el 31 de diciembre de 2020. De manera que lo que estamos viendo hoy tal vez no refleje el pleno impacto a más largo plazo del Brexit.

De todos modos, los cambios que han ocurrido hasta el momento nos permiten empezar a evaluar el futuro de la City y de las operaciones financieras radicadas allí. Una medida que generó titulares fue el traslado abrupto de las operaciones de títulos europeos de Londres a Ámsterdam a principios de año. Un promedio de 9.200 millones de euros (11.200 millones de dólares) en acciones se comercializaron diariamente en la bolsa de Ámsterdam en enero, cuatro veces el volumen de diciembre de 2020, mientras que el promedio diario de Londres cayó marcadamente, a 8.600 millones de euros. El cambio se puede atribuir a la regulación: la Comisión Europea no ha otorgado “equivalencia” a las plataformas de operaciones del Reino Unido, y no tiene ningún apuro en hacerlo.

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