tharoor152_Yawar NazirGetty Images_indiacovid Yawar Nazir/Getty Images

El tsunami de la COVID en la India

NUEVA DELHI – Resulta aleccionador cuando un columnista se ve obligado a retractarse al poco tiempo de escribir sus ideas. Hace apenas dos meses, después de que la India enviara aceleradamente millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 a más de 60 países, alabé la «diplomacia de vacunas» de ese país; las aspiraciones de la India a ser reconocida como una potencia mundial habían recibido un impulso significativo. Ahora, con más de 300 000 nuevos casos diarios y una cantidad de muertes evidentemente muy superior a la informada, la India no se ajusta a la imagen de un líder global.

En mi defensa puedo decir que me preocupaba que la India hubiera exportado el triple de las vacunas que había aplicado localmente, el país claramente estaba retrasado en sus intentos por cumplir la meta que se había fijado de vacunar a 400 millones de personas para agosto, después de vacunar a unos 3 millones de profesionales de la salud en una campaña que recién comenzó el 16 de enero. «[S]e suma a la preocupación por el aumento de los casos el surgimiento de variantes de la COVID-19 que tal vez no respondan a las vacunas existentes; y una economía que todavía no se recuperó por completo», dije, «intensificará el desafío que enfrenta la India para cumplir sus obligaciones con los países en vías de desarrollo y cubrir simultáneamente su demanda interna».

En ese momento, no tomé conciencia de la escala del desafío. La cantidad de contagios sobrepasó los 17 millones hace pocos días y la cifra oficial de muertes es ahora superior a 190 000. Los hospitales carecen de camas suficientes, los suministros de oxígeno se redujeron, los centros de vacunación se quedaron sin dosis y las farmacias no dan abasto para cubrir la demanda de antivirales. La India tambalea.

https://prosyn.org/f2wUEy7es