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El costo fiscal de la flexibilización cuantitativa

ROMA – Al acumular enormes tenencias de bonos a lo largo de una década de flexibilización cuantitativa (QE), los bancos centrales, en los hechos, apostaron a que las tasas de interés se mantendrían bajas indefinidamente. Perdieron su apuesta.

Los economistas están de acuerdo: los programas de compra de bonos de los bancos centrales se constituyen en una política cuasi-fiscal, ya que las autoridades monetarias financian sus compras de bonos gubernamentales a largo plazo mediante la emisión de reservas a corto plazo a los bancos comerciales. Hasta hace poco, esto parecía ser un buen negocio. Si bien los bonos técnicamente rendían poco, el costo de financiamiento fue tan bajo (-0,5% en la eurozona, por ejemplo) que los bancos centrales cosecharon ganancias de todos modos.

Pero ya que la inflación se dispara, alcanzando tasas de dos dígitos en muchos países, los bancos centrales no han tenido más remedio que aumentar rápidamente sus tasas de interés oficiales. Esto ha elevado los costos de financiamiento, causando que ahora existan tasas a corto plazo que superan el rendimiento de los bonos a largo plazo. Como resultado, los riesgos fiscales de los programas de compra de bonos se están haciendo realidad, y los bancos centrales se enfrentan a pérdidas en sus tenencias de bonos.

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