

From semiconductors to electric vehicles, governments are identifying the strategic industries of the future and intervening to support them – abandoning decades of neoliberal orthodoxy in the process. Are industrial policies the key to tackling twenty-first-century economic challenges or a recipe for market distortions and lower efficiency?
LONDRES – ¿Quién querría ser responsable de la política monetaria en 2022? A juzgar por los feroces debates económicos y políticos que vemos en todo el mundo, parece que se declaró abierta la temporada de caza de funcionarios de bancos centrales: les están disparando desde todos lados.
Se culpa a Jerome Powell —presidente de la Reserva Federal de EE. UU.— y sus colegas por no haber detectado las señales iniciales de una amenaza inflacionaria el año pasado. Incluso en el otoño pasado seguían todavía sosteniendo que los aumentos de precios eran «transitorios». Con la inflación actual en EE. UU. cerca de los dos dígitos, parece haber sido un error de juicio. Pero ahora que la Fed reconoció su equivocación y está subiendo las tasas de interés, muchos la acusan de asfixiar la recuperación pospandemia, llevar tanto a los mercados de acciones como de bonos al colapso, y precipitar una recesión.
El Banco Central Europeo todavía no comenzó a aumentar las tasas, aunque se espera que lo haga en julio. Se acusa al BCE tanto de indecisión como de plantar las semillas de una nueva crisis en la zona del euro por haber sugerido la posible reversión de la flexibilización cuantitativa (FC). El diferencial en el rendimiento de los bonos gubernamentales italianos y alemanes aumentó considerablemente y amenaza la estabilidad fiscal del sur de Europa. Prometieron un arma para combatir la fragmentación, pero de momento sigue en etapa de diseño.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in