Yu Yongding, a former president of the China Society of World Economics and director of the Institute of World Economics and Politics at the Chinese Academy of Social Sciences, served on the Monetary Policy Committee of the People’s Bank of China from 2004 to 2006.
BEIJING – El valor del renminbi solía aparecer asiduamente en los debates sobre los desequilibrios globales. Mientras que los observadores externos lo consideraban subvaluado y exigían una apreciación, el Banco Popular de China (PBOC) insistía en mantener la paridad de facto de la moneda con el dólar estadounidense. En los últimos años, sin embargo, los temores de China de que su moneda se fortaleciera demasiado han sido reemplazados por miedos a una fuerte depreciación.
Si bien China ha mantenido su excedente de cuenta corriente, las salidas de capital han venido sometiendo al tipo de cambio a una frecuente presión bajista desde 2015. Las causas de la presión se pueden dividir en tres categorías amplias, basadas en los impulsores de las salidas: deterioro de las condiciones económicas domésticas, factores no económicos y arbitraje.
En 2015, mientras los precios de las acciones se desplomaban y daban lugar a meses de turbulencia en los mercados, y cuando el crecimiento del PIB perdía impulso, el PBOC introdujo una nueva regla para fijar la tasa de paridad central del renminbi frente al dólar estadounidense de modo que el tipo de cambio del renminbi fuera más flexible. Si bien la medida en sí misma era correcta, desató un alza repentina de las expectativas de depreciación del renminbi. Con eso, el capital comenzó a salir de China -y siguió haciéndolo hasta fines de 2016-. Para apuntalar al renminbi, el PBOC liquidó algo así como 1 billón de dólares de reservas de divisas durante este período.
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