lee43_FAYEZ NURELDINEAFP via Getty Images_brunolemaireg20finance Fayez Nureldine/AFP via Getty Images

Una respuesta coordinada para el COVID-19

NUEVA YORK – En apenas pocos meses, el coronavirus COVID-19 ha cubierto al mundo, infectando a 435.000 personas, matando a más de 19.000 y haciendo colapsar los sistemas sanitarios inclusive de las economías avanzadas. Una vez que la crisis llegue a los países vulnerables de bajos ingresos, los costos humanos y económicos ya elevados aumentarán aún más –para todo el mundo-. La única posibilidad que tenemos de limitar las consecuencias es trabajar en conjunto.

Cuando se conoció la noticia de que en China había aparecido un nuevo coronavirus, muchos supusieron que la trayectoria del brote se parecería a la del último coronavirus nacido en China, el síndrome respiratorio agudo severo. Pero el brote de SARS de 2002-03 duró apenas seis meses, y afectó a 26 países solamente.

Así, las consecuencias económicas de aquel brote –que afectaron principalmente al sector de servicios- tuvieron una vida corta y se concentraron principalmente en China, aunque las economías vecinas se vieron afectadas a través del comercio y las finanzas. Cuando el brote terminó, la economía china se recuperó rápidamente, mediante una expansión fiscal y monetaria que sustentó un rebote del consumo y la inversión.

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