OTTAWA – En diciembre de 1862, en plena Guerra Civil estadounidense, que enfrentó las normas de la esclavitud a las de la libertad, el Presidente Abraham Lincoln presentó al Congreso su plan de emancipación. “Los dogmas del tranquilo pasado son inadecuados para el tormentoso presente”, declaró. “La ocasión está llena de dificultades, y debemos elevarnos a su altura. Como nuestro caso es nuevo, debemos pensar y actuar desde cero”.
Esa es también nuestra tarea tras la crisis del COVID-19.
Lincoln vio claramente que la Guerra Civil cambiaría radicalmente los Estados Unidos, y que en ese nuevo mundo ya no bastarían las viejas normas y maneras de pensar. Tenía razón. La tragedia es que logró convencer solo en parte a sus conciudadanos a que aceptaran la nueva norma que proponía: igualdad para todos. Algunos políticos y líderes pensaban y actuaban de una nueva manera, pero demasiados se aferraban al pasado. En lugar de acoger el llamado de Lincoln a pensar y actuar desde cero, los estados del sur crearon un nuevo régimen de segregación y discriminación.
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Americans have long seen their country as morally exceptional, but their exceptionalism actually comprises three distinct views. Whichever prevails in next year’s presidential election will have significant implications for ongoing conflicts in Europe, Asia, and the Middle East.
identifies three strands of the concept and their implications for US foreign policy after next year’s election.
With a likely rematch between Joe Biden and Donald Trump in the 2024 US presidential election, America and the rest of the world were heading into a perilous period even before the latest conflagration in the Middle East. Turmoil in the region will cloud the broader economic outlook – and could dim Biden’s chances.
worries global economic and political developments will put Donald Trump back in the White House.
Around the world, foreign-policy strategists are grappling with new international dynamics, from the Sino-American rivalry and ongoing hot wars to the broader breakdown in multilateral global governance. However, there is much debate about whether global power and alignments are truly shifting, and in what ways.
consider whether the world will become more multipolar or “non-aligned” in the new year.
OTTAWA – En diciembre de 1862, en plena Guerra Civil estadounidense, que enfrentó las normas de la esclavitud a las de la libertad, el Presidente Abraham Lincoln presentó al Congreso su plan de emancipación. “Los dogmas del tranquilo pasado son inadecuados para el tormentoso presente”, declaró. “La ocasión está llena de dificultades, y debemos elevarnos a su altura. Como nuestro caso es nuevo, debemos pensar y actuar desde cero”.
Esa es también nuestra tarea tras la crisis del COVID-19.
Lincoln vio claramente que la Guerra Civil cambiaría radicalmente los Estados Unidos, y que en ese nuevo mundo ya no bastarían las viejas normas y maneras de pensar. Tenía razón. La tragedia es que logró convencer solo en parte a sus conciudadanos a que aceptaran la nueva norma que proponía: igualdad para todos. Algunos políticos y líderes pensaban y actuaban de una nueva manera, pero demasiados se aferraban al pasado. En lugar de acoger el llamado de Lincoln a pensar y actuar desde cero, los estados del sur crearon un nuevo régimen de segregación y discriminación.
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