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Un lifting para Facebook

SAN FRANCISCO – Si algo nos enseñó el testimonio de Frances Haugen —que trabajaba como científica de datos en Facebook y denunció las prácticas de la empresa— ante un subcomité del Senado de EE. UU., es que no podemos confiar en que las empresas de tecnología se autorregulen. ¿Y por qué debieran hacerlo?, un principio básico de la economía moderna es que los gobiernos dictan los términos para el funcionamiento de las empresas. La verdadera pregunta es cómo pueden ejercer esa autoridad de la mejor manera cuando se trata del sector de la tecnología.

Se permitió a Facebook, Google, Amazon y otras empresas de tecnología desarrollar modelos de negocios basados en la vigilancia, que incluyen una incesante captura de datos personales —entre ellos, la ubicación geográfica— y la manipulación de los usuarios con contenidos hiperespecíficos. Y, sin embargo, como dijo Haugen, «Casi nadie fuera de Facebook sabe qué pasa dentro de Facebook». La KGB hubiera sentido envidia.

Pero las empresas también cumplen un propósito útil. Construyeron gran parte de la infraestructura pública de la era digital, incluidos los motores de búsqueda, los portales globales de noticias y las redes sociales, las aplicaciones de navegación por GPS, los mercados comerciales y laborales en línea, y las plataformas de películas, música y transmisión en directo.

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