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¿Qué sucedió realmente en Bolivia?

CIUDAD DE MÉXICO – Los acontecimientos en Bolivia siguen fluyendo de manera excepcional luego de la destitución del presidente Evo Morales. Puede haber o no elecciones libres y justas dentro de los próximos 90 días. Morales, que ha recibido asilo político en México, puede volver a presentarse como candidato o buscar un retorno al poder por otros medios. La izquierda latinoamericana puede recuperarse de la caída de un ícono, o seguir perdiendo terreno. Las políticas de Morales, buenas y malas, serán derogadas por una oscilación hacia la derecha en Bolivia, no diferente de la reacción violenta reciente contra las autoridades en otras partes de América Latina, o lo sobrevivirán.

Como sea, se pueden trazar tres conclusiones preliminares. La primera tiene que ver con las implicancias regionales de la caída de Morales, más allá de los detalles de su consumación. Después de la llamada ola rosa de América Latina –aproximadamente de 2000 a 2015-, muchos de los líderes emblemáticos de la izquierda fueron sacados del poder mediante el voto, o recurrieron a diversas estratagemas autoritarias para seguir ejerciendo el control. Una vez que terminó el boom de las materias primas, y cuando estallaron escándalos de corrupción en varios países, muchos líderes o partidos de izquierda fueron expulsados sin demasiada ceremonia.

Esto ocurrió en Brasil, por supuesto, así como en Argentina, El Salvador y Chile. En Venezuela, Nicaragua y la propia Bolivia, la izquierda se aferró al poder a través de procedimientos cada vez más represivos y antidemocráticos. Con excepción de México, donde Andrés Manuel López Obrador ganó la elección presidencial en 2018, la izquierda ha venido retrocediendo en toda la región.

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