MÚNICH – El 27 de febrero, tres días después de la invasión rusa de Ucrania, el canciller alemán Olaf Scholz habló en una sesión especial del Bundestag y declaró que la invasión era un «punto de inflexión» (Zeitenwende) en la historia alemana. En su discurso, Scholz también prometió aumentar el gasto de defensa en 100 000 millones de euros (98 500 millones de dólares), revirtiendo así la vieja aversión de Alemania al rearme.
Scholz dio más detalles sobre el significado de ese «punto de inflexión» en un discurso de una hora que pronunció en agosto en la Universidad Carolina de Praga. Bosquejó allí su idea para la «militarización» de Europa bajo el liderazgo alemán y pidió una Unión Europea más fuerte y «soberana» que sea más capaz de defenderse y hacer frente a la influencia de potencias extranjeras.
Alemania lleva décadas gastando muy poco en sus fuerzas armadas. Para disgusto de Estados Unidos y de otros socios en la OTAN, prefirió depender de la protección estadounidense. Pero tras la agresión rusa, es evidente que Alemania no puede seguir incumpliendo la meta de 2% del PIB en gasto militar prevista por la OTAN. Se necesita un compromiso de las autoridades para reforzar el área.
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Between now and the end of this decade, climate-related investments need to increase by orders of magnitude to keep the world on track toward achieving even more ambitious targets by mid-century. Fortunately, if done right, such investments could usher in an entirely new and better economy.
explains what it will take to mobilize capital for the net-zero transition worldwide.
Following the latest G20 summit, the G7 should be thinking seriously about deepening its own ties with more non-aligned countries. If the Ukraine war drags on, and if China continues to threaten to take Taiwan by force, the G20 will be split between friends of the BRICS and friends of the G7.
sees the grouping as increasingly divided between friends of the G7 and friends of China and Russia.
MÚNICH – El 27 de febrero, tres días después de la invasión rusa de Ucrania, el canciller alemán Olaf Scholz habló en una sesión especial del Bundestag y declaró que la invasión era un «punto de inflexión» (Zeitenwende) en la historia alemana. En su discurso, Scholz también prometió aumentar el gasto de defensa en 100 000 millones de euros (98 500 millones de dólares), revirtiendo así la vieja aversión de Alemania al rearme.
Scholz dio más detalles sobre el significado de ese «punto de inflexión» en un discurso de una hora que pronunció en agosto en la Universidad Carolina de Praga. Bosquejó allí su idea para la «militarización» de Europa bajo el liderazgo alemán y pidió una Unión Europea más fuerte y «soberana» que sea más capaz de defenderse y hacer frente a la influencia de potencias extranjeras.
Alemania lleva décadas gastando muy poco en sus fuerzas armadas. Para disgusto de Estados Unidos y de otros socios en la OTAN, prefirió depender de la protección estadounidense. Pero tras la agresión rusa, es evidente que Alemania no puede seguir incumpliendo la meta de 2% del PIB en gasto militar prevista por la OTAN. Se necesita un compromiso de las autoridades para reforzar el área.
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