sachs353_EMMANUEL DUNANDAFPGettyImages_moodys Emmanuel Dunand/AFP via Getty Images

Hora de reformar el sistema financiero global

NUEVA YORK – En la cumbre climática COP26 del mes pasado, cientos de instituciones financieras declararon que pondrían a trabajar billones de dólares para financiar soluciones para el cambio climático. Sin embargo, una barrera importante se interpone en el canino: el sistema financiero del mundo en realidad impide el flujo de financiación a los países en desarrollo, creando para muchos una trampa financiera mortal.

El desarrollo económico depende de inversiones en tres tipos esenciales de capital: capital humano (salud y educación), infraestructura (electricidad, digital, transporte y urbana) y negocios. Los países más pobres tienen niveles más bajos por persona de cada tipo de capital y, por lo tanto, también tienen el potencial de crecer rápidamente si invierten de manera equilibrada en cada uno de ellos. Hoy en día, ese crecimiento puede y deber ser verde y digital, evitando el crecimiento sumamente contaminante del pasado.

Los mercados de bonos y los sistemas bancarios globales deberían ofrecer suficientes fondos para la fase “convergente” de alto crecimiento del desarrollo sustentable, pero no es lo que pasa. El flujo de fondos de los mercados de bonos globales y de los bancos a los países en desarrollo sigue siendo pequeño, muy costoso para los prestatarios e inestable. Los prestatarios de los países en desarrollo pueden pagar cargos por intereses que muchas veces son 5-10% más altos por año que los costos de endeudamiento que pagan los países ricos.

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