ADÍS ABEBA – Las políticas de salud pública adoptaron una perspectiva cada vez más expansiva en los últimos años, que refleja la creciente conciencia sobre la gran cantidad de factores que inciden sobre el bienestar humano —entre ellos, la salud de los ecosistemas y los animales— y la necesidad de facilitar la colaboración a escala mundial. Tendiendo puentes entre disciplinas y superando las fronteras podremos abordar mejor las amenazas emergentes y mejorar para todos los resultados asociados a la salud.
La preparación mundial contra las pandemias, por ejemplo, requiere la alineación internacional para modificar la infraestructura de salud y adaptar las respuestas. Los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (CCP de África), de los cuales soy director interino, participaron en diversas discusiones mundiales sobre el tema, garantizando la representación de los intereses africanos —y de la perspectiva del Sur Global, en términos más generales— en escenarios de los que históricamente fueron marginados. La inclusión genuina de las voces africanas en las deliberaciones sobre las políticas, especialmente en las primeras etapas del proceso, es la única forma de establecer posiciones comunes que no dejen a los países con ingresos bajos y medios librados a su propia suerte.
Los CCP de África, la sección de salud pública de la Unión Africana (AU), colaboran con sus estados miembros en una gran cantidad de programas regionales. El próximo paso es aumentar la participación del continente en la toma de decisiones mundial, especialmente cuando las políticas tienen implicaciones mayores en aquellos lugares donde los brotes de enfermedades y emergencias sanitarias son más frecuentes, como la mayoría de los países africanos. En la actualidad es raro que se preste atención a las voces del Sur Global en la escena internacional, y los participantes africanos en los foros y conferencias mundiales de salud suelen quedar aislados (o recién son incluidos en etapas posteriores, cuando las decisiones ya fueron tomadas). Hacen falta entonces acciones serias y deliberadas para incluir a esas partes interesadas en las etapas tempranas.
ADÍS ABEBA – Las políticas de salud pública adoptaron una perspectiva cada vez más expansiva en los últimos años, que refleja la creciente conciencia sobre la gran cantidad de factores que inciden sobre el bienestar humano —entre ellos, la salud de los ecosistemas y los animales— y la necesidad de facilitar la colaboración a escala mundial. Tendiendo puentes entre disciplinas y superando las fronteras podremos abordar mejor las amenazas emergentes y mejorar para todos los resultados asociados a la salud.
La preparación mundial contra las pandemias, por ejemplo, requiere la alineación internacional para modificar la infraestructura de salud y adaptar las respuestas. Los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (CCP de África), de los cuales soy director interino, participaron en diversas discusiones mundiales sobre el tema, garantizando la representación de los intereses africanos —y de la perspectiva del Sur Global, en términos más generales— en escenarios de los que históricamente fueron marginados. La inclusión genuina de las voces africanas en las deliberaciones sobre las políticas, especialmente en las primeras etapas del proceso, es la única forma de establecer posiciones comunes que no dejen a los países con ingresos bajos y medios librados a su propia suerte.
Los CCP de África, la sección de salud pública de la Unión Africana (AU), colaboran con sus estados miembros en una gran cantidad de programas regionales. El próximo paso es aumentar la participación del continente en la toma de decisiones mundial, especialmente cuando las políticas tienen implicaciones mayores en aquellos lugares donde los brotes de enfermedades y emergencias sanitarias son más frecuentes, como la mayoría de los países africanos. En la actualidad es raro que se preste atención a las voces del Sur Global en la escena internacional, y los participantes africanos en los foros y conferencias mundiales de salud suelen quedar aislados (o recién son incluidos en etapas posteriores, cuando las decisiones ya fueron tomadas). Hacen falta entonces acciones serias y deliberadas para incluir a esas partes interesadas en las etapas tempranas.