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Hay que poner fin a la crisis global de medios

WASHINGTON, DC – Casi en todas partes, hoy el periodismo está en crisis. Y por desgracia, pese al papel fundamental de una prensa libre para el buen funcionamiento de la democracia, los gobiernos democráticos están haciendo muy poco por protegerla.

En todo el mundo, los medios tienen dificultades para adaptar sus modelos de negocios a la era digital; en particular, los periódicos locales están cayendo uno tras otro, lo que se debe en parte a la pérdida de ingresos publicitarios. Pero la falta de publicaciones locales de confianza deja a los lectores más vulnerables a narrativas falsas y titulares “cazaclic” sensacionalistas. La marginalización del periodismo de calidad permite a líderes políticos en todo el mundo desestimar cualquier cobertura desfavorable tildándola de “noticias falsas”, y la falta de un conjunto compartido de hechos erosiona la confianza en la democracia y en el Estado de derecho.

Además, de Siria a Eslovaquia, los periodistas son víctimas de hostigamiento, secuestro, detención ilegal e incluso asesinato por hacer su trabajo. Siguiendo un ejemplo perfeccionado en Hungría, Rusia y Turquía, el modelo dominante de propiedad de los medios ha pasado a ser la “captura de medios”, por la cual líderes políticos y sus secuaces ricos usan los medios noticiosos para promover sus propios planes autoritarios e intereses económicos. Sin medios confiables que obliguen a los gobiernos y a las empresas a rendir cuentas, florece la corrupción. (La esperanza de que ocuparan su lugar los ciudadanos usando Facebook y Twitter ha sido categóricamente refutada.)

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