castaneda77_ADALBERTO ROQUEAFP via Getty Images_cuba ADALBERTO ROQUE/AFP via Getty Images

Un verano de descontento en América Latina

CIUDAD DE MÉXICO – En el Caribe, el verano es el momento del año en que suceden cosas. Con el aumento de temperaturas y el paso de huracanes, tienden a animarse las pasiones y a estallar las crisis. Pero es raro que estas se den en más de un país a la vez, y por lo general los riesgos que plantean son limitados. Este año fue distinto.

El 7 de julio, hombres armados tomaron por asalto a mitad de la noche la residencia privada del presidente haitiano Jovenel Moïse y lo mataron a balazos, un hecho que conmocionó al país y dio inicio a una lucha por el poder político. El primer ministro Claude Joseph, que ha ejercido de presidente interino desde la muerte de Moïse, aceptó entregar el poder a Ariel Henry, a quien Moïse había designado próximo primer ministro apenas dos días antes de morir. Pero aunque esto puede ayudar a desactivar la crisis política inmediata, el asesinato no presagia nada bueno para la estabilidad y prosperidad de Haití.

Este mes también se produjo la mayor muestra de disenso que haya visto Cuba en décadas, con miles de cubanos que salieron a las calles para protestar por el deterioro de las condiciones de vida y la escasez de bienes básicos (entre ellos medicamentos, en medio de un brote de COVID‑19 cada vez peor). Muchos pidieron el final de los 61 años de régimen comunista.

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