elerian118_ANDREW CABALLERO-REYNOLDSAFP via Getty Images_imflogoconference Andrew Caballero-Reynolds/AFP via Getty Images

Cómo puede el FMI evitar una caída gradual en la irrelevancia

NUEVA YORK – Este año no asistí a las reuniones anuales de octubre del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial en Washington. En vez de eso, leí con atención los informes sobre el encuentro y hablé con personas que estuvieron allí y a quienes respeto. Me he formado a resultas de ello una idea sombría del futuro de la economía global. En particular, los problemas que ya existen en relación con la credibilidad y eficacia de las instituciones multilaterales se agravan por una perspectiva de debilidad continua y presiones de fragmentación.

No hay duda de que el FMI y el Banco Mundial tienen un poder de convocatoria fuerte, acaso único. Sus reuniones anuales atraen a los principales funcionarios de las áreas de economía y finanzas de más de 180 países, además de un número mucho mayor de representantes del sector privado. Es un encuentro mundial excepcional, no sólo para el intercambio de ideas entre los funcionarios sino también para la interacción corporativa.

Pero estos últimos años, las reuniones oficiales han cedido protagonismo a una cantidad creciente de eventos paralelos, lo que disminuyó en forma notable el aporte del encuentro a una mejor formulación de políticas. De hecho, este año no pude hallar una sola persona que haya prestado mucha atención a un producto fundamental de las reuniones: los comunicados de las principales comisiones de formulación de políticas de ambas instituciones.

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