rama1_GENT SHKULLAKUAFP via Getty Images_albaniaafghanrefugees Gent Shkullaku/AFP via Getty Images

La responsabilidad de la OTAN de salvar afganos

TIRANA – Existen pocos episodios más honorables en la historia de Albania que su solitario ejemplo de heroísmo de cara a la destrucción de las comunidades judías europeas durante la Segunda Guerra Mundial. Nadie pidió a nuestros abuelos que se arriesgaran, y a menudo sacrificaran sus vidas, para salvar gente del Holocausto. Sin embargo, así lo hicieron incontables albaneses, tanto musulmanes como cristianos y ateos. Gracias al código de honor albanés, que nos exige ofrecer refugio a los extranjeros que lo necesiten, Albania fue el único país de Europa que acabó la guerra con más judíos que en su comienzo.

Inmediatamente después vivimos la persecución de primera mano. Tras derrotar a nuestros enemigos externos, encontramos un círculo igual de vicioso dentro de nuestras fronteras: un régimen opresivo que encarceló, torturó y asesinó a quienes percibía como enemigos.

Vivimos lo que hoy el pueblo de Afganistán enfrenta a medida que los talibanes consolidan su poder en todo el país. En su momento, vivimos en un estado que selló sus fronteras y persiguió a los disidentes y sus familias, tal como se espera que los talibanes lo hagan con sus adversarios. Por cerca de 50 años, aspiramos a la libertad que disfrutaron los afganos en los últimos 20 años y que hoy parecen destinados a perder.

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