A man accused of the attack on a journalist in Russia Mikhail Pochuyev/Getty Images

Hay que difundir los peligros que enfrentan los periodistas

ÁMSTERDAM – Cada cinco días, en promedio, en algún lugar del mundo matan a un periodista por ser periodista. Nueve de cada diez casos terminan sin proceso legal, lo que crea una atmósfera de impunidad que va más allá de las amenazas de muerte o la violencia. El encarcelamiento de periodistas alcanzó un nivel récord; el hostigamiento y la intimidación a trabajadores de la prensa en ejercicio de sus funciones es cosa de rutina. Hoy, el periodismo es una de las profesiones más peligrosas que hay.

Una forma de encarar este problema es hablar de él. Hay tres ejemplos recientes que destacan los riesgos que enfrentan los periodistas para informar y la necesidad de difundirlos, como única manera de lograr cambios.

El primero es Maria Ressa, directora ejecutiva de Rappler.com, una red virtual de noticias con sede en Filipinas. Tras su fundación en 2012, el sitio web de Ressa se ha convertido en una inestimable fuente de información sobre las ejecuciones extrajudiciales vinculadas con la “guerra a las drogas” del presidente Rodrigo Duterte. Por su incansable tarea de investigación, sólo en el último mes Ressa ha recibido más de ochenta amenazas de muerte. Muchas de las advertencias provinieron de blogueros anónimos, cuyas direcciones IP pueden rastrearse hasta personas relacionadas con el presidente.

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