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¿Es la hora de brillar para las criptomonedas?

SAN FRANCISCO – Incluso cuando toda la humanidad se moviliza contra la COVID-19, se está empezando a pensar en los cambios que habrá en el mundo después de la crisis. Mientras las empresas se apuran para adaptarse al nuevo mundo del distanciamiento social, la pandemia ha acelerado una tendencia ya inexorable hacia el comercio digital. Este desplazamiento más amplio también podría incluir la adopción generalizada de las monedas digitales, que ofrecen una mayor protección financiera y de la privacidad a los consumidores.

Durante la mayor parte del siglo XX, la encriptación estuvo reservada para la seguridad nacional. La criptografía ayudó a los aliados a ganar la Segunda Guerra Mundial y luego protegió las comunicaciones secretas durante la Guerra Fría. Incluso hasta 1992, Estados Unidos, por una cuestión de seguridad nacional, no permitía la exportación de tecnología criptográfica. Las comunicaciones encriptadas no estaban muy extendidas y se suponía que quien las usaba tenía algo que ocultar.

Pero a principios de la década de 1990, los primeros emprendedores Internet comenzaron a solicitar que se usara la encriptación en el comercio electrónico, sosteniendo que era necesaria para proteger los números de tarjeta de crédito de los clientes, sus contraseñas y otra información que se ingresaba en línea. Resultó que la misma tecnología de encriptación que se había creado en los laboratorios académicos —donde reinaban la confianza y la colaboración— podía ser útil para todos.

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