kklugman1_DANIEL BELOUMOU OLOMOAFP via Getty Images_babyhospitalafrica Daniel Beloumou Olomo/AFP via Getty Images

Un asesino de niños encuentra la horma de su zapato

SEATTLE – Al igual que muchas otras personas, pasé gran parte de los últimos años aislado para evitar enfermarme. Y recién ahora nos enteramos de que la desaparición generalizada de las personas produjo algunos efectos secundarios inesperados. En particular, la cantidad de infecciones provocadas por enfermedades que alguna vez fueron comunes (como por ejemplo la influenza, también llamada gripe, y el virus respiratorio sincitial (VRS)) cayó en picada.

Pero ahora, debido a que gran parte del mundo ha regresado a sus ritmos normales previos a la pandemia, esa breve pausa ha llegado a su fin. El VSR, una infección peligrosa que mata a más de 100.000 niños pequeños cada año, retornó de manera furibunda. Varios países, entre ellos Sudáfrica y Australia, han registrado importantes brotes de VSR, y los hospitales de Estados Unidos están atiborrados de bebés afectados por dificultades respiratorias.

El alarmante aumento en los casos de VRS es un mal augurio para los meses de invierno en el hemisferio norte, sobre todo porque se  pronostica una temporada de influenza con muchos casos. Sin embargo, aunque el VSR puede provocar enfermedades graves, como lo es la neumonía, en niños muy pequeños en todos los lugares, rara vez es fatal en países de altos ingresos como Estados Unidos. Más del 97% de las muertes a causa del VSR ocurren en países de ingresos bajos y medios, una disparidad flagrante que ha convertido a esta enfermedad en una de las principales causas de muerte de recién nacidos y niños pequeños en estos países.

https://prosyn.org/NUgqR3Ses