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El sistema regulatorio financiero de Estados Unidos sigue sin funcionar

EDIMBURGO – Cuando un banco quiebra, la atención, inevitablemente, se vuelca a sus reguladores. ¿Quién estaba dormido al volante? ¿Quién no detectó las señales de advertencia? La quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) no es una excepción.

En Estados Unidos, estos interrogantes suelen están dirigidos a muchas agencias diferentes, ya que el sistema es complejo y difícil de entender para la gente de afuera. De manera que la conclusión suele ser una forma invertida de la famosa observación de John F. Kennedy después del fiasco de Bahía de los Cochinos de que “el éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano”. Las quiebras de bancos en Estados Unidos suelen tener varios padres, pero todos ellos niegan la paternidad.

En breve, el Congreso se va a abocar de lleno al colapso de SVB y allí tendremos más información sobre lo que pasó. Mientras tanto, hay unos pocos hechos que son claros. SVB estaba eximido de una mayor supervisión gracias a la Ley de Alivio Regulatorio de la era Trump. Esto significa que no tenía que someterse a pruebas de estrés, por ejemplo, que deberían haber expuesto su vulnerabilidad a un marcado aumento de las tasas de interés. La prueba de estrés del Reino Unido incluye un aumento de cinco puntos de las tasas de interés, lo que habría revelado -y tal vez impedido- el desfase de vencimientos de SVB. Asimismo, una exención de cinco años de la regla Volcker, que prohíbe las operaciones por cuenta propia por parte de los bancos, le permitió a SVB invertir en fondos de capital de riesgo. Como proclamaba orgullosamente su sitio web: “Hay muchas maneras de describirnos. Banco es solo una de ellas”. 

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