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El «Estados Unidos primero» de Biden

STANFORD – Si la línea de política exterior que presentó el presidente Joe Biden en su discurso del 28 de abril ante el Congreso inquietó a los aliados de Estados Unidos, tienen toda la razón. Aunque la agenda económica interna de Biden es todo lo contrario a la de Trump (aumento de impuestos a los ricos y una importante ampliación de la red de seguridad social), la política exterior que delineó no fue tan diferente del credo «Estados Unidos primero» de su extravagante antecesor.

Como advirtió hace poco Richard Haass, presidente del Council on Foreign Relations, «entre la política exterior de Biden y la de Trump hay más continuidad de lo que parece (…) el trumpismo todavía está muy presente». Así que el discurso de Biden fue una combinación extraña: el New Deal de Franklin D. Roosevelt mezclado con fuertes notas de nacionalismo trumpiano.

Al hablar de política exterior, Biden puso el acento en China y Estados Unidos, como si Europa no existiera y Estados Unidos pudiera ganar esta competencia sin la participación activa de los europeos. Por supuesto que para oídos europeos, esto suena un poco demasiado cercano al desdén de Trump. Estados Unidos no hubiera podido ganar la Guerra Fría sin sus aliados europeos, y no ganará la competencia con China sin la cooperación de Europa. Con la suavidad que la caracteriza, la canciller alemana Angela Merkel transmitió ese mensaje justo antes de la asunción de Biden, acelerando las negociaciones para el Acuerdo Integral sobre Inversiones entre la Unión Europea y China.

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