velasco114_RODRIGO ARANGUAAFP via Getty Images_chileelection Rodrigo Arangua/AFP via Getty Images

La revolución constitucional de Chile

LONDRES – Una revolución cualquiera derriba el orden político existente. Una exitosa construye un orden nuevo y mejor. Revoluciones ha habido muchas en América Latina, pero pocas han tenido éxito. ¿Puede Chile romper esta antigua dinámica?

Si el estándar es simplemente deshacerse de lo antiguo, entonces la elección de la convención constituyente realizada hace poco en Chile resultó ser revolucionaria. Al votar  por los 155 integrantes del organismo encargado de redactar una nueva constitución –consecuencia de un acuerdo político para poner fin a los disturbios que sacudieron al país en 2019– los chilenos le asignaron al establishment político actual un papel vergonzosamente reducido.

La coalición conservadora que apoya al Presidente Sebastián Piñera esperaba obtener un tercio de los escaños, lo que le habría permitido bloquear cambios constitucionales profundos, pero escasamente logró un cuarto. Los partidos de centroizquierda que gobernaron durante 24 de los últimos 30 años sufrieron un shock aún más fuerte y controlarán solo uno de cada seis escaños en la convención, menos que la nueva alianza entre el Partido Comunista y otros de la extrema izquierda, y menos que la Lista del Pueblo, un conjunto variopinto de grupos izquierdistas que surgió de las protestas de 2019. Los candidatos independientes –ambientalistas, feministas, líderes locales, partidarios de la descentralización– fueron los grandes ganadores de la jornada.

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