OXFORD – Aunque la austeridad en Europa afronta una resistencia social cada vez mayor, en principio tiene el mérito de la sencillez. A medida que se intensifica el debate sobre la consolidación fiscal frente al crecimiento, está claro que no hay unanimidad ni mucho menos sobre cómo hacer arrancar la economía, aparte de poner en marcha grandes planes de estímulo.
OXFORD – Aunque la austeridad en Europa afronta una resistencia social cada vez mayor, en principio tiene el mérito de la sencillez. A medida que se intensifica el debate sobre la consolidación fiscal frente al crecimiento, está claro que no hay unanimidad ni mucho menos sobre cómo hacer arrancar la economía, aparte de poner en marcha grandes planes de estímulo.