x2wang1_Author_retired_dancers Author

El segundo techo de cristal para las mujeres

BEIJING – En las últimas décadas y en cada vez más países, la barrera invisible que impide a las mujeres ascender a altos cargos políticos, empresariales y de otras organizaciones ha comenzado a quebrarse, cuando no ha estallado en pedazos. Pero subsiste otro obstáculo al avance femenino, un «segundo techo de cristal». El resultado es que cada vez más mujeres, en todos los sectores y en todos los países, abandonan la fuerza laboral en forma prematura, y no por elección propia.

El problema es particularmente pronunciado en China, donde la edad legal de jubilación para las mujeres es 50 o 55 años (según la ocupación) y 60 para los hombres. Este sistema jubilatorio diferenciado por género, que en un principio se pensó para «proteger» a las mujeres de una larga vida de trabajo pesado, se ha mantenido sin cambios desde hace años, a pesar del incremento en la expectativa de vida y de las mejoras en los indicadores académicos y laborales de las mujeres. Hace poco el gobierno chino anunció que a partir de 2025, iniciará un incremento gradual de la edad de jubilación obligatoria hasta llegar a 63 años para los hombres y 55 o 58 para las mujeres. Es un cambio que debió hacerse hace mucho tiempo, en vista del veloz envejecimiento poblacional y de la crisis previsional que se cierne sobre el país. Pero se mantiene la diferenciación por género en la edad de jubilación.

La salida anticipada de las mujeres de la fuerza laboral conlleva amplias implicaciones sociales y económicas. La primera es la pérdida de capital humano, sobre todo en los niveles educativos altos. Como las mujeres en China se jubilan, en promedio, antes que los hombres (aunque alcanzan niveles de educación terciaria similares), la economía está subutilizando sus habilidades.

Además, el segundo techo de cristal agrava los efectos del primero: las mujeres tienen menos oportunidades de ascender a puestos de liderazgo, y eso deja a las trabajadoras más jóvenes privadas de modelos y mentoras. Una empresa china que deba ascender a alguno de sus empleados a un puesto de liderazgo tiene pocos incentivos para elegir a una mujer de más de cuarenta, en vez de a un hombre de la misma edad, porque la mujer se jubilará antes. La falta de mujeres de más edad en cargos empresariales y de gobierno también implica que los procesos de toma de decisiones (en las diversas organizaciones y en el nivel nacional) están dominados por hombres, lo cual supone un perjuicio para la sociedad.

Como muchos países, China también enfrenta una crisis demográfica, que ha motivado intentos de aumentar la tasa de natalidad. Pero a menudo la maternidad lleva a las mujeres (que ya enfrentan el problema de una carrera laboral más breve) a pasar más tiempo fuera de la fuerza laboral y ganar menos a lo largo de su vida. Esto las incentiva a no tener hijos, y se genera así un círculo vicioso.

Por último, la menor longitud de la carrera laboral puede trasladarse a una reducción de las prestaciones jubilatorias de las mujeres, al no poder trabajar más años para compensar interrupciones debidas al parto y el cuidado de los hijos. Como las mujeres viven en promedio más que los hombres, esto atenta contra su seguridad financiera a largo plazo.

Secure your copy of PS Quarterly: The Year Ahead 2025
PS_YA25-Onsite_1333x1000

Secure your copy of PS Quarterly: The Year Ahead 2025

Our annual flagship magazine, PS Quarterly: The Year Ahead 2025, has arrived. To gain digital access to all of the magazine’s content, and receive your print copy, subscribe to PS Digital Plus now.

Subscribe Now

Las empresas pueden y deben tomar medidas concretas para retener a las trabajadoras. Una de las opciones es crear programas de mentoría que ofrezcan a las mujeres modelos y oportunidades para relacionarse y contrarresten la cultura de «club de hombres» que perpetúa diferencias de género en los ascensos y en los salarios. La licencia parental para hombres y mujeres puede ayudar a resolver el desequilibrio en el cuidado de los hijos. Y también es importante enfrentar la discriminación etaria en la contratación y retención de empleados y dar apoyo a las mujeres que experimentan la menopausia y otros problemas de salud que a menudo las llevan a renunciar al trabajo.

El sector público debe implementar medidas similares. Por ejemplo, la Fundación Nacional de Ciencias Naturales y la Oficina Nacional de Filosofía y Ciencias Sociales de China han aumentado de 35 a 40 años el límite de edad para la inscripción de mujeres en programas de becas para jóvenes; esto aumentará la equidad en la provisión de oportunidades a investigadoras y académicas con hijos.

Pero el cambio más importante que puede hacer el gobierno chino es poner fin a la política de edad de jubilación obligatoria diferenciada por género. Dejar de obligar a las mujeres a abandonar la fuerza laboral antes que los hombres sería un paso hacia la igualdad, e incluso puede aumentar la demanda de servicios de cuidado infantil y de personas mayores.

Más allá de que ayudar a las mujeres a alcanzar puestos de liderazgo sigue siendo crucial para promover la igualdad de género, las dirigencias políticas y empresariales también deben centrarse en crear condiciones que permitan a las trabajadoras seguir siendo productivas en sus áreas de actividad por el tiempo que quieran. Muchos países, incluidos Estados Unidos, Canadá y Japón, han abandonado la edad de jubilación obligatoria, y la mayoría de los que todavía la tienen no hacen diferencias entre hombres y mujeres (Rusia es una de las pocas excepciones). Un sistema de jubilación flexible que permita a las mujeres alcanzar su pleno potencial profesional puede empezar a romper el segundo techo de cristal de China.

Traducción: Esteban Flamini

https://prosyn.org/uu3zKsJes