Russian President Vladimir Putin speaks with journalists KIRILL KUDRYAVTSEV/AFP/Getty Images

La Copa Mundial de la libertad de prensa

PARÍS – El Presidente Vladimir Putin trabajó duro por la realización de la Copa Mundial de la FIFA de 2018 en Rusia, pero ahora que el espectáculo está vigente, su influencia se ha desvanecido. No puede controlar a los árbitros ni los resultados del seleccionado ruso, el Sbornaya, que está en el lugar 70 del mundo, el anfitrión con menor clasificación que haya habido en este torneo. Pero tiene mucho más control sobre cómo se cubre el evento, al menos por parte de los medios rusos.

En el Índice Mundial de Libertad de Prensa, compilado cada año por Reporteros Sin Fronteras (RSF), Rusia ocupa el lugar 148 de 180 países. En lugar de aceptar la competencia que acompaña al pluralismo, el Kremlin desea forzar las reglas de la política y amañar a su favor los “partidos” de los medios de comunicación.

Desde la criminalización de la difamación a prohibir noticias que ofendan los “sentimientos religiosos de los creyentes”, las leyes de Putin limitan cada vez más el periodismo. La vaguedad de su redacción permite que se las aplique de manera arbitraria y selectiva, y está aumentando la vigilancia sobre quienes promueven la libertad de expresión y buscan cambiar el statu quo.

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