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Brasil: una democracia bajo asedio

SAN PABLO – Apenas 36 años después de salir de la dictadura, Brasil se tambalea al borde de un abismo autoritario. El año que viene sabremos si las instituciones democráticas del país, aún jóvenes, son capaces de resistir el asalto sin cuartel de un presidente populista que parece decidido a mantenerse, como sea, en el poder.

El presidente brasileño Jair Bolsonaro fue electo en 2018 en gran parte por a la movilización de grupos de derecha que exigían la liberalización económica, y a una alienación generalizada de los partidos políticos tradicionales del país y sus crónicos escándalos de corrupción. Durante la campaña electoral Bolsonaro creó su base política aprovechando estas dos fuentes de apoyo y sumando el respaldo de una importante burocracia que en gran medida se había mantenido apartada de la política: los militares.

Pero los dos compromisos electorales de Bolsonaro —liberalizar la economía y combatir la corrupción— resultaron vacíos. En 2020, Sergio Moro, el juez estrella responsable de enviar a prisión al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por cargos de corrupción después de las elecciones de 2018, renunció como ministro de Justicia de Bolsonaro. Moro fue una figura clave para otorgar credibilidad a las poses anticorrupción de Bolsonaro. Desde que Moro dejó el cargo, la familia de Bolsonaro quedó envuelta en escándalos de corrupción y se disolvió el famoso grupo anticorrupción brasileño Lava Jato.

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