OXFORD – La oleada de rebeliones que barrió el mundo árabe hace dos años resultó avivada por las reclamaciones de libertad, pan y justicia social, pero, aunque las revoluciones derrocaron a dictadores y transformaron sociedades, esos objetivos fundamentales siguen tan distantes como siempre. En realidad, los problemas económicos que afrontan los países de la “primavera árabe” han llegado a ser más apremiantes y representan una pesada carga para sus perspectivas económicas.
OXFORD – La oleada de rebeliones que barrió el mundo árabe hace dos años resultó avivada por las reclamaciones de libertad, pan y justicia social, pero, aunque las revoluciones derrocaron a dictadores y transformaron sociedades, esos objetivos fundamentales siguen tan distantes como siempre. En realidad, los problemas económicos que afrontan los países de la “primavera árabe” han llegado a ser más apremiantes y representan una pesada carga para sus perspectivas económicas.