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La batalla de los estándares de sustentabilidad

EDIMBURGO – La reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow fue, al parecer, un triunfo histórico. Nos lo dicen con una autoridad no menor que la del primer ministro británico, Boris Johnson, el organizador de la reunión. El presidente de la COP26, Alok Sharma, también se mostró optimista en relación al objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C por sobre los niveles preindustriales establecido en el acuerdo climático de París de 2015. “Comenzamos diciendo que queríamos mantener el objetivo de 1,5° Celsius a nuestro alcance”, dijo Sharma. “Lo logramos”. Y Johnson dijo que había poca diferencia entre el acuerdo propuesto por la COP26 para “eliminar gradualmente” el uso de carbón y el texto final, que prometió solamente “reducir gradualmente” el carbón.

Otros adoptaron una posición diferente. Quizá como era previsible, la activista climática adolescente sueca Greta Thunberg describió la conferencia categóricamente como “un fracaso”. El Rastreador de la Acción Climática proyecta que aún si se cumplieran todas las promesas de la COP26 en el futuro, el planeta va camino a calentarse por lo menos 2,1ºC. Y la India está realizando una eliminación gradual en el sentido particular de un despliegue gradual: se espera que la generación de electricidad alimentada a carbón aumente casi 5% por año esta década. Martin Wolf del Financial Timescubrió sus apuestas. Para él, la COP26 “fue un triunfo y un desastre al mismo tiempo”.

Pero para el sector empresarial privado, y especialmente para los bancos y otras entidades financieras, la conferencia en las frías orillas del río Clyde de Glasgow bien puede haber sido un momento decisivo. Si bien la nube de polvo de carbón oscureció otras cuestiones, el encuentro marcó un progreso significativo.

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