MÚNICH – A medida que escala la pandemia del COVID-19, los riesgos inherentes en las cadenas de suministro globales son más evidentes que nunca. En lugar de esperar un retorno a la actividad habitual, con las actividades industriales concentradas en países donde la mano de obra es barata y abundante, las empresas de las economías avanzadas están virando su atención a los trabajadores con los salarios más bajos de todos: los robots.
Las empresas empezaron a reubicar la producción en países con salarios bajos a principios de los años 1990, ayudados por la caída de la Cortina de Hierro, la integración global de China y su eventual acceso a la Organización Mundial de Comercio y el crecimiento de la contenerización. El período entre 1990 y la crisis financiera global de 2008 ha sido definido como una era de hiperglobalización en la que las cadenas de valor globales representaban alrededor del 60% del comercio global.
La crisis financiera y económica global de 2008 marcó el comienzo del fin de esta era de hiperglobalización. En 2011, las cadenas de valor globales dejaron de expandirse. No han vuelto a crecer desde entonces.
MÚNICH – A medida que escala la pandemia del COVID-19, los riesgos inherentes en las cadenas de suministro globales son más evidentes que nunca. En lugar de esperar un retorno a la actividad habitual, con las actividades industriales concentradas en países donde la mano de obra es barata y abundante, las empresas de las economías avanzadas están virando su atención a los trabajadores con los salarios más bajos de todos: los robots.
Las empresas empezaron a reubicar la producción en países con salarios bajos a principios de los años 1990, ayudados por la caída de la Cortina de Hierro, la integración global de China y su eventual acceso a la Organización Mundial de Comercio y el crecimiento de la contenerización. El período entre 1990 y la crisis financiera global de 2008 ha sido definido como una era de hiperglobalización en la que las cadenas de valor globales representaban alrededor del 60% del comercio global.
La crisis financiera y económica global de 2008 marcó el comienzo del fin de esta era de hiperglobalización. En 2011, las cadenas de valor globales dejaron de expandirse. No han vuelto a crecer desde entonces.