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Los bancos centrales necesitan ser honestos respecto de sus pérdidas

NUEVA YORK – El Banco Central Europeo recientemente reportó su primera pérdida operativa anual desde 2004. Sus pérdidas para 2023 representaron 1.300 millones de euros (1.410 millones de dólares), luego de la liberación de 6.600 millones de euros de su previsión para riesgos financieros. Para el tratamiento contable de esta pérdida, el BCE apela a la misma maniobra amañada y engañosa que la Junta de la Reserva Federal de Estados Unidos, que ha inventado una categoría de “activo diferido” para tratar las pérdidas excesivas.

Tal como explica la gacetilla de prensa del BCE, esta pérdida “se verá reflejada en el balance del BCE para compensar cualquier ganancia futura”. Esto significa que se ingresó una pérdida como un activo positivo, cuando la alternativa sensata habría sido ingresarla como ganancias retenidas negativas en la sección del capital accionario del lado del pasivo del balance. El capital neto total -la suma de capital pagado, cualquier monto retenido en los fondos de riesgos financieros y de reserva general, las contabilizaciones de revaluaciones, cualquier pérdida acumulada de años anteriores y cualquier ganancia/pérdida para el año- debería estar del lado del pasivo del balance.

La Fed también ingresa pérdidas que llevarían su capital neto por debajo de un valor umbral ya sea como un activo positivo (el “activo diferido”) o como un pasivo negativo en su balance. En sus propias palabras:

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