phelps31_Spencer PlattGetty Images_protest Spencer Platt/Getty Images

La pobreza como injusticia

NUEVA YORK – En buena parte del mundo, hay inquietud por la diferencia abismal de salarios que padecen los más desfavorecidos y las muchas víctimas de la discriminación racial y de género. Dejando a un lado los créditos fiscales para madres solteras con ingresos bajos, que proveen ayuda y contribuyen al desarrollo de sus hijos, subsisten entre los trabajadores signos de pobreza: malnutrición, deficiencias sanitarias y abuso de sustancias.

Menos comprendido es el hecho de que muchos trabajadores de bajos ingresos a menudo deben dejar pasar ocasiones de empleo significativo por estar mal remunerado. Y sin un «buen empleo», estos trabajadores no pueden tener una «buena vida». Estas situaciones, en particular en las economías avanzadas, son una señal inquietante de que algo anda mal: el problema no es la «desigualdad», sino un alto grado de injusticia.

La tendencia declinante en la retribución del trabajo y de la actividad empresarial genera un amplio malestar social. De los años setenta a esta parte, ha habido una pérdida generalizada de satisfacción laboral, y el salario real prácticamente ha dejado de crecer en Estados Unidos, y luego en el Reino Unido, Francia y tal vez partes de Alemania y otros países. Además, el tipo de interés real se redujo a casi cero. Un factor subyacente es la falta de innovación. Es evidente que hay alguna falla desatendida en el mecanismo de satisfacción de las personas.

To continue reading, register now.

Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.

Subscribe

As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.

Register

https://prosyn.org/gGeo22res