solana144_Thierry MonasseGetty Images_albaniamacedoniaEUaccession Thierry Monasse/Getty Images

La integración europea en un mundo desgarrado

MADRID – La estabilidad global es un bien frágil, como han dejado patente la reciente crisis sobre el Estrecho de Taiwán y la guerra de Ucrania. En un mundo que se desgarra, generar confianza en el proyecto europeo se convierte en una cuestión estratégica para la Unión Europea. Donde la demanda de Europa no se vea satisfecha, el sentimiento de apatía en los ciudadanos de los países candidatos a la adhesión a la Unión Europea podría ser aprovechado geopolíticamente por otras potencias. Ante estos cantos de sirena, la Unión debe atender el reto secular de ser un compañero de viaje útil y fiable para todos aquellos países de nuestro continente que tengan aspiraciones europeas, independientemente de su nivel formal de integración en el proyecto europeo.

Europa está pasando por un momento paradójico de su historia. Precisamente en uno de sus periodos más convulsos, los últimos años han supuesto una aceleración histórica del proyecto de integración europea. Desde que llegara a Europa la pandemia de la COVID-19 hace algo más de dos años, prácticamente todas las decisiones que ha tomado la Unión Europea han tenido una cosa en común: su voluntad de reforzar la integración política de sus Estados Miembros.

Históricamente, el éxito de la integración europea ha supuesto la posibilidad, así como el reto, de ampliar la Unión a nuevos países. La Unión Europea debe seguir integrándose, sabiendo que su vocación integradora se extiende a todo el continente europeo. Para garantizar su continuidad, la Unión Europea tendrá que ofrecer nuevas formas de participación que permitan fomentar un sentimiento de pertenencia al proyecto europeo en los países candidatos a la adhesión.

https://prosyn.org/eh4GX0ies