LONDRES – Tras el asesinato en un ataque estadounidense del comandante de la Fuerza Quds iraní Qassem Suleimani y la represalia inicial de Irán contra dos bases iraquíes usadas por tropas estadounidenses, los mercados financieros entraron en modo de huida del riesgo: el petróleo se encareció un 10%, las bolsas de Estados Unidos y del mundo cayeron algunos puntos porcentuales y los rendimientos de los bonos seguros se redujeron. Pero poco después, y pese al riesgo continuado de un conflicto entre Estados Unidos e Irán y las consecuencias que eso tendría para los mercados, ver a ambos lados dispuestos a detener la escalada calmó a los inversores, y los movimientos de las cotizaciones se revirtieron (llegando incluso a nuevos récords).
LONDRES – Tras el asesinato en un ataque estadounidense del comandante de la Fuerza Quds iraní Qassem Suleimani y la represalia inicial de Irán contra dos bases iraquíes usadas por tropas estadounidenses, los mercados financieros entraron en modo de huida del riesgo: el petróleo se encareció un 10%, las bolsas de Estados Unidos y del mundo cayeron algunos puntos porcentuales y los rendimientos de los bonos seguros se redujeron. Pero poco después, y pese al riesgo continuado de un conflicto entre Estados Unidos e Irán y las consecuencias que eso tendría para los mercados, ver a ambos lados dispuestos a detener la escalada calmó a los inversores, y los movimientos de las cotizaciones se revirtieron (llegando incluso a nuevos récords).