BEIJING – La guerra de Ucrania ha puesto a China en aprietos. Como país amigo tanto de Rusia como de Ucrania, China no desea escoger ningún bando. Por el contrario, el sentido común chino dicta que cuando dos amigos pelean entre sí, el principal objetivo debe ser poner fin al conflicto a través de la mediación. Si bien la postura equilibrada de China ha hecho surgir más de alguna suspicacia, bien podría ser un factor para el término de la guerra y la relajación de las tensiones con Estados Unidos.
Cuando comenzó la guerra, los observadores occidentales destacaron la aparente postura pro-Kremlin de China, reflejada en el rechazo de los funcionarios chinos a usar la palabra “invasión” para describir la agresión rusa hacia Ucrania, su acusación de que las acciones de la OTAN estaban llevando las tensiones entre Rusia y Ucrania hasta un “punto de quiebre” y su actitud crítica hacia las sanciones occidentales. Pero esos observadores prestaron menos atención a los insistentes llamados de China a que todos los países respeten la soberanía e integridad territorial de los demás –un claro, si bien indirecto, reproche a Rusia- y la prestación de ayuda humanitaria a Ucrania.
De hecho, Occidente parecía ansioso de suponer que China –que firmó un acuerdo de cooperación con Rusia apenas tres semanas antes de la invasión- estaba del lado de Rusia. El 13 de marzo, el día anterior a su reunión con su contraparte chino, el Asesor de Seguridad Nacional estadounidense Jake Sullivan advirtió que “absolutamente” China enfrentaría consecuencias si prestaba asistencia militar a Rusia o ayudaba al país a evadir las sanciones occidentales.
BEIJING – La guerra de Ucrania ha puesto a China en aprietos. Como país amigo tanto de Rusia como de Ucrania, China no desea escoger ningún bando. Por el contrario, el sentido común chino dicta que cuando dos amigos pelean entre sí, el principal objetivo debe ser poner fin al conflicto a través de la mediación. Si bien la postura equilibrada de China ha hecho surgir más de alguna suspicacia, bien podría ser un factor para el término de la guerra y la relajación de las tensiones con Estados Unidos.
Cuando comenzó la guerra, los observadores occidentales destacaron la aparente postura pro-Kremlin de China, reflejada en el rechazo de los funcionarios chinos a usar la palabra “invasión” para describir la agresión rusa hacia Ucrania, su acusación de que las acciones de la OTAN estaban llevando las tensiones entre Rusia y Ucrania hasta un “punto de quiebre” y su actitud crítica hacia las sanciones occidentales. Pero esos observadores prestaron menos atención a los insistentes llamados de China a que todos los países respeten la soberanía e integridad territorial de los demás –un claro, si bien indirecto, reproche a Rusia- y la prestación de ayuda humanitaria a Ucrania.
De hecho, Occidente parecía ansioso de suponer que China –que firmó un acuerdo de cooperación con Rusia apenas tres semanas antes de la invasión- estaba del lado de Rusia. El 13 de marzo, el día anterior a su reunión con su contraparte chino, el Asesor de Seguridad Nacional estadounidense Jake Sullivan advirtió que “absolutamente” China enfrentaría consecuencias si prestaba asistencia militar a Rusia o ayudaba al país a evadir las sanciones occidentales.