WASHINGTON, DC – El recién anunciado acuerdo de reanudación de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudí, en el que China hizo de intermediaria, es la última señal de que este país está ejercitando sus músculos en el mundo de la diplomacia internacional. Algunos lo ven como una prueba más del menguante poder e influencia de EE.UU. y de su fatiga en Oriente Medio. De hecho, el acuerdo es menos un signo del letargo estadounidense que un reflejo de circunstancias regionales excepcionales.
WASHINGTON, DC – El recién anunciado acuerdo de reanudación de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudí, en el que China hizo de intermediaria, es la última señal de que este país está ejercitando sus músculos en el mundo de la diplomacia internacional. Algunos lo ven como una prueba más del menguante poder e influencia de EE.UU. y de su fatiga en Oriente Medio. De hecho, el acuerdo es menos un signo del letargo estadounidense que un reflejo de circunstancias regionales excepcionales.