stiglitz283_Alex WongGetty Images_trump rally Alex Wong/Getty Images

¿Hacia dónde va Estados Unidos?

NUEVA YORK – El asalto de simpatizantes de Donald Trump al Capitolio de los Estados Unidos, alentado por el mismo Trump, fue el resultado predecible de cuatro años de ataques a las instituciones democráticas, con la complicidad de muchos en el Partido Republicano. Y que nadie diga que Trump no avisó: jamás se comprometió a permitir una transición de mando pacífica. Muchos que se beneficiaron con sus rebajas de impuestos a ricos y corporaciones, la desregulación ambiental y la designación de jueces proempresas sabían que estaban haciendo un pacto con el demonio. O creyeron que podían controlar las fuerzas extremistas que desató Trump, o no les importó.

¿Cómo sigue Estados Unidos desde aquí? ¿Es Trump una aberración, o un síntoma de una enfermedad nacional más profunda? ¿Es Estados Unidos digno de confianza? En cuatro años, ¿triunfarán de nuevo las fuerzas que llevaron al ascenso de Trump, y el partido que mayoritariamente le dio apoyo? ¿Qué se puede hacer para evitarlo?

Trump es el producto de varias fuerzas. Por al menos un cuarto de siglo, el Partido Republicano entendió que sólo podía representar los intereses de las élites empresariales apelando a medidas antidemocráticas (como la exclusión de votantes y el trazado arbitrario de distritos electorales) y aliándose con fuerzas antidemocráticas, entre ellas el fundamentalismo religioso, el supremacismo blanco y el populismo nacionalista.

https://prosyn.org/xUSQR0Les