BRUSELAS - Casi un año después de la invasión rusa de Ucrania, la guerra entra en una nueva fase. Tras el fallido ataque a Kiev la primavera pasada y la impresionante contraofensiva de los ucranianos que liberaron Kharkiv en el norte y Kherson en el sur, el presidente ruso Vladimir Putin se ha embarcado en una campaña de castigo dirigida contra civiles e infraestructuras energéticas con drones y misiles. Fracasada su estrategia en el campo de batalla, Putin trata de aumentar al máximo el número de ucranianos obligados a pasar el invierno en el frío y la oscuridad.
BRUSELAS - Casi un año después de la invasión rusa de Ucrania, la guerra entra en una nueva fase. Tras el fallido ataque a Kiev la primavera pasada y la impresionante contraofensiva de los ucranianos que liberaron Kharkiv en el norte y Kherson en el sur, el presidente ruso Vladimir Putin se ha embarcado en una campaña de castigo dirigida contra civiles e infraestructuras energéticas con drones y misiles. Fracasada su estrategia en el campo de batalla, Putin trata de aumentar al máximo el número de ucranianos obligados a pasar el invierno en el frío y la oscuridad.