WASHINGTON D. C. – Mientras avanza la expansión de la nueva generación de Internet, la Web3, muchos desarrolladores, empresas e inversores sufren tremendamente la falta de claridad regulatoria en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos. Pero ahora que el presidente estadounidense Joe Biden dictó un Decreto del Poder Ejecutivo para Garantizar el Desarrollo Responsable de los Activos Digitales, se despertó un gigante dormido.
EE. UU. debe ser líder en este ámbito fundamental. Debido al clima de opacidad de los últimos años, una porción significativa de empresas de criptografía y Web3 fijaron sus domicilios legales en jurisdicciones más pequeñas. Algunas de ellas, como Bermuda y Singapur, establecieron enfoques prudentes que abarcan a todos sus niveles de gobierno para regular a los activos digitales y empresas de tecnofinanzas, pero otras son paraísos regulatorios que otorgaron a las empresas emergentes, en mayor o menor medida, carta blanca.
En su nuevo decreto, el gobierno de Biden reconoce que «los avances en las tecnologías de registros contables digitales y distribuidos para los servicios financieros produjeron un crecimiento espectacular de los mercados de activos digitales, con profundas implicaciones para la protección de los consumidores, inversores y empresas»; ordenó a todas las agencias federales relevantes que estudien los riesgos y oportunidades asociados con la tecnología de cadenas de bloques; y —con la inclusión de agencias como el Departamento de Comercio, el Departamento de Trabajo y la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID)— reconoce que la Web3 ofrece oportunidades que van mucho más allá de la especulación con activos digitales, las nuevas formas de mercados de capitales con intermediación por programas informáticos, y las finanzas descentralizadas.
Además, si actúa ahora, el gobierno puede evitar una posible «crisis criptoconstitucional» que surgiría de orientaciones regulatorias contradictorias en los estados de EE. UU. Debido a la naturaleza fluida y global de los activos y el dinero digital, la supervisión de este ámbito no se puede delegar en los estados del mismo modo que la regulación de muchos otros servicios financieros. Aunque los estados de EE. UU. no son solo laboratorios de democracia sino también de empresas de tecnofinanzas, no están representados en los organismos financieros mundiales como el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF), el Banco de Pagos Internacionales y el Grupo de Acción Financiera Internacional.
La Web3 y los sectores de criptografía crecieron demasiado como para ignorarlos. A los pocos días de la invasión rusa de Ucrania, el gobierno ucraniano recaudó más de 60 millones de USD «gracias a 120 000 donaciones de criptoactivos» de todo el mundo. El valor del sector de criptomonedas en el mundo ya alcanzó los 3 billones de USD (aunque esta capitalización de mercado puede variar en gran medida debido a la hipervolatilidad de ciertos activos criptográficos). Este rápido crecimiento, como era de esperar, generó preocupaciones macroprudenciales que llevaron a una ola de estudios para evaluar los riesgos sistémicos potenciales de esos activos.
El CEF, por ejemplo, publicó recientemente un informe en el que identifica vulnerabilidades potenciales en los mercados criptográficos y plantea diversas preocupaciones para las políticas públicas en los tres segmentos clave: «los activos criptográficos sin respaldo (como Bitcoin); las criptomonedas estables; y las finanzas descentralizadas (DeFi) y otras plataformas en las que se opera con activos criptográficos”. Al CEF no solo le preocupa que el mercado esté adquiriendo un tamaño tal que su caída tendría efectos catastróficos, sino también que es demasiado amorfo como para regularlo eficazmente.
At a time of escalating global turmoil, there is an urgent need for incisive, informed analysis of the issues and questions driving the news – just what PS has always provided.
Subscribe to Digital or Digital Plus now to secure your discount.
Subscribe Now
Otra contribución importante al debate fue aportada por el Grupo de Trabajo del Presidente sobre Mercados Financieros (President’s Working Group on Financial Markets), que publicó recientemente un informe sobre criptomonedas estables: tókenes digitales respaldados con monedas fiduciarias y activos líquidos y seguros. En la presentación del informe, la secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen, destaca que aunque las criptomonedas estables «tienen potencial para permitir opciones de pago beneficiosas», el enfoque actual de «supervisión es incoherente y está fragmentado. Algunas criptomonedas estables quedan realmente fuera del perímetro regulatorio».
Como sostuve anteriormente, con claridad regulatoria la adopción de criptomonedas estables respaldadas con dólares —como la emitida por mi propia organización— ayudará en última instancia a mantener la supremacía mundial del dólar. También ayudará a EE. UU. y otros países a alcanzar a China en la carrera de los pagos digitales. El antiguo sistema de dinero y pagos analógicos está esclerótico; es vulnerable a violaciones de seguridad informática, fraude y finanzas ilícitas; opaco (porque las transacciones financieras no son transparentes); y costoso. Deja a decenas de millones de personas sin acceso a los servicios bancarios y excluidas del sistema financiero.
En el siglo XXI no hay motivos razonables por los que los inmigrantes deban pagar tarifas de entre el 5 y el 7 % para girar dinero a sus familias en sus países de origen. Así como no consideramos al correo electrónico un intercambio «transfronterizo», esperamos que en algún momento se deje de considerar a los pagos de esa manera. Esa es la promesa que ofrece un sistema financiero abierto, basado en registros contables públicos con cadenas de bloques y monedas digitales confiables.
El decreto del poder ejecutivo firmado por Biden da señales de que EE. UU. pretende ser líder, tanto como fuente de innovación como para la fijación de normas, en este nuevo espacio tecnológico. Como ocurrió con las dos primeras generaciones de Internet, esta responderá fuertemente a quienes primero la regulen. EE. UU. aún cuenta con la posibilidad de asegurarse de que la Web3 evolucione de manera tal que refleje los valores occidentales de apertura, oportunidad e inclusión... pero debe apurarse. La competencia mundial por las monedas digitales será cada vez más intensa. China ya amplió su proyecto piloto de moneda digital (e-CNY) a más de 260 millones de usuarios después de su debut en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín.
La lucha por las monedas digitales será una de las que definan nuestro tiempo. EE. UU. ya no puede ser un observador pasivo de la última revolución tecnológica. El decreto del ejecutivo de este mes es un bienvenido primer paso. El desafío ahora será encontrar el equilibrio adecuado entre la gestión de riesgos y el apoyo a la competitividad mundial estadounidense.
To have unlimited access to our content including in-depth commentaries, book reviews, exclusive interviews, PS OnPoint and PS The Big Picture, please subscribe
By choosing to side with the aggressor in the Ukraine war, President Donald Trump’s administration has effectively driven the final nail into the coffin of US global leadership. Unless Europe fills the void – first and foremost by supporting Ukraine – it faces the prospect of more chaos and conflict in the years to come.
For most of human history, economic scarcity was a constant – the condition that had to be escaped, mitigated, or rationalized. Why, then, is scarcity's opposite regarded as a problem?
asks why the absence of economic scarcity is viewed as a problem rather than a cause for celebration.
WASHINGTON D. C. – Mientras avanza la expansión de la nueva generación de Internet, la Web3, muchos desarrolladores, empresas e inversores sufren tremendamente la falta de claridad regulatoria en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos. Pero ahora que el presidente estadounidense Joe Biden dictó un Decreto del Poder Ejecutivo para Garantizar el Desarrollo Responsable de los Activos Digitales, se despertó un gigante dormido.
EE. UU. debe ser líder en este ámbito fundamental. Debido al clima de opacidad de los últimos años, una porción significativa de empresas de criptografía y Web3 fijaron sus domicilios legales en jurisdicciones más pequeñas. Algunas de ellas, como Bermuda y Singapur, establecieron enfoques prudentes que abarcan a todos sus niveles de gobierno para regular a los activos digitales y empresas de tecnofinanzas, pero otras son paraísos regulatorios que otorgaron a las empresas emergentes, en mayor o menor medida, carta blanca.
En su nuevo decreto, el gobierno de Biden reconoce que «los avances en las tecnologías de registros contables digitales y distribuidos para los servicios financieros produjeron un crecimiento espectacular de los mercados de activos digitales, con profundas implicaciones para la protección de los consumidores, inversores y empresas»; ordenó a todas las agencias federales relevantes que estudien los riesgos y oportunidades asociados con la tecnología de cadenas de bloques; y —con la inclusión de agencias como el Departamento de Comercio, el Departamento de Trabajo y la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID)— reconoce que la Web3 ofrece oportunidades que van mucho más allá de la especulación con activos digitales, las nuevas formas de mercados de capitales con intermediación por programas informáticos, y las finanzas descentralizadas.
Además, si actúa ahora, el gobierno puede evitar una posible «crisis criptoconstitucional» que surgiría de orientaciones regulatorias contradictorias en los estados de EE. UU. Debido a la naturaleza fluida y global de los activos y el dinero digital, la supervisión de este ámbito no se puede delegar en los estados del mismo modo que la regulación de muchos otros servicios financieros. Aunque los estados de EE. UU. no son solo laboratorios de democracia sino también de empresas de tecnofinanzas, no están representados en los organismos financieros mundiales como el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF), el Banco de Pagos Internacionales y el Grupo de Acción Financiera Internacional.
La Web3 y los sectores de criptografía crecieron demasiado como para ignorarlos. A los pocos días de la invasión rusa de Ucrania, el gobierno ucraniano recaudó más de 60 millones de USD «gracias a 120 000 donaciones de criptoactivos» de todo el mundo. El valor del sector de criptomonedas en el mundo ya alcanzó los 3 billones de USD (aunque esta capitalización de mercado puede variar en gran medida debido a la hipervolatilidad de ciertos activos criptográficos). Este rápido crecimiento, como era de esperar, generó preocupaciones macroprudenciales que llevaron a una ola de estudios para evaluar los riesgos sistémicos potenciales de esos activos.
El CEF, por ejemplo, publicó recientemente un informe en el que identifica vulnerabilidades potenciales en los mercados criptográficos y plantea diversas preocupaciones para las políticas públicas en los tres segmentos clave: «los activos criptográficos sin respaldo (como Bitcoin); las criptomonedas estables; y las finanzas descentralizadas (DeFi) y otras plataformas en las que se opera con activos criptográficos”. Al CEF no solo le preocupa que el mercado esté adquiriendo un tamaño tal que su caída tendría efectos catastróficos, sino también que es demasiado amorfo como para regularlo eficazmente.
Winter Sale: Save 40% on a new PS subscription
At a time of escalating global turmoil, there is an urgent need for incisive, informed analysis of the issues and questions driving the news – just what PS has always provided.
Subscribe to Digital or Digital Plus now to secure your discount.
Subscribe Now
Otra contribución importante al debate fue aportada por el Grupo de Trabajo del Presidente sobre Mercados Financieros (President’s Working Group on Financial Markets), que publicó recientemente un informe sobre criptomonedas estables: tókenes digitales respaldados con monedas fiduciarias y activos líquidos y seguros. En la presentación del informe, la secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen, destaca que aunque las criptomonedas estables «tienen potencial para permitir opciones de pago beneficiosas», el enfoque actual de «supervisión es incoherente y está fragmentado. Algunas criptomonedas estables quedan realmente fuera del perímetro regulatorio».
Como sostuve anteriormente, con claridad regulatoria la adopción de criptomonedas estables respaldadas con dólares —como la emitida por mi propia organización— ayudará en última instancia a mantener la supremacía mundial del dólar. También ayudará a EE. UU. y otros países a alcanzar a China en la carrera de los pagos digitales. El antiguo sistema de dinero y pagos analógicos está esclerótico; es vulnerable a violaciones de seguridad informática, fraude y finanzas ilícitas; opaco (porque las transacciones financieras no son transparentes); y costoso. Deja a decenas de millones de personas sin acceso a los servicios bancarios y excluidas del sistema financiero.
En el siglo XXI no hay motivos razonables por los que los inmigrantes deban pagar tarifas de entre el 5 y el 7 % para girar dinero a sus familias en sus países de origen. Así como no consideramos al correo electrónico un intercambio «transfronterizo», esperamos que en algún momento se deje de considerar a los pagos de esa manera. Esa es la promesa que ofrece un sistema financiero abierto, basado en registros contables públicos con cadenas de bloques y monedas digitales confiables.
El decreto del poder ejecutivo firmado por Biden da señales de que EE. UU. pretende ser líder, tanto como fuente de innovación como para la fijación de normas, en este nuevo espacio tecnológico. Como ocurrió con las dos primeras generaciones de Internet, esta responderá fuertemente a quienes primero la regulen. EE. UU. aún cuenta con la posibilidad de asegurarse de que la Web3 evolucione de manera tal que refleje los valores occidentales de apertura, oportunidad e inclusión... pero debe apurarse. La competencia mundial por las monedas digitales será cada vez más intensa. China ya amplió su proyecto piloto de moneda digital (e-CNY) a más de 260 millones de usuarios después de su debut en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín.
La lucha por las monedas digitales será una de las que definan nuestro tiempo. EE. UU. ya no puede ser un observador pasivo de la última revolución tecnológica. El decreto del ejecutivo de este mes es un bienvenido primer paso. El desafío ahora será encontrar el equilibrio adecuado entre la gestión de riesgos y el apoyo a la competitividad mundial estadounidense.
Traducción al español por Ant-Translation