SHANGHÁI – En el curso de casi 40 años de reforma económica, China ha cosechado frutos extraordinarios a partir de su apertura al mundo. La integración a la economía global –aunque un elemento secundario del histórico giro más amplio del país hacia el mecanismo de mercado- ha permitido que millones de ciudadanos de China salieran de la pobreza, transformando al mismo tiempo a China en la economía más grande del mundo en términos de paridad de poder adquisitivo. Y el potencial de semejante compromiso no se va a agotar por ahora, según muestra nuestra nueva investigación.
SHANGHÁI – En el curso de casi 40 años de reforma económica, China ha cosechado frutos extraordinarios a partir de su apertura al mundo. La integración a la economía global –aunque un elemento secundario del histórico giro más amplio del país hacia el mecanismo de mercado- ha permitido que millones de ciudadanos de China salieran de la pobreza, transformando al mismo tiempo a China en la economía más grande del mundo en términos de paridad de poder adquisitivo. Y el potencial de semejante compromiso no se va a agotar por ahora, según muestra nuestra nueva investigación.