OXFORD – La pandemia del COVID-19 ha generado una emergencia de salud pública y una aguda reducción de los precios del petróleo, lo cual representa una tormenta perfecta para Oriente Medio, donde todo depende de los ingresos petroleros, desde los salarios a los subsidios. Como en el pasado, el shock de los precios del petróleo repercutirá inevitablemente en los países no productores de crudo a través de reducciones de las transferencias de ayuda oficiales y menores remesas de los trabajadores, lo que afectará aún más los fondos fiscales necesarios para enfrentar el COVID-19.
OXFORD – La pandemia del COVID-19 ha generado una emergencia de salud pública y una aguda reducción de los precios del petróleo, lo cual representa una tormenta perfecta para Oriente Medio, donde todo depende de los ingresos petroleros, desde los salarios a los subsidios. Como en el pasado, el shock de los precios del petróleo repercutirá inevitablemente en los países no productores de crudo a través de reducciones de las transferencias de ayuda oficiales y menores remesas de los trabajadores, lo que afectará aún más los fondos fiscales necesarios para enfrentar el COVID-19.