fakhri1_Cris FagaNurPhoto via Getty Images_food banquet protest brazil Cris Faga/NurPhoto via Getty Images

Un enfoque de derechos humanos para la crisis alimentaria mundial

EUGENE/BRASILIA/HEIDELBERG – Cuando en enero de 2019 el expresidente brasileño Jair Bolsonaro llegó al poder, uno de sus primeros actos de gobierno fue abolir el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (CONSEA), un organismo que había reducido en forma significativa la inseguridad alimentaria y cosechó elogios de todo el mundo. Fue un enorme retroceso para el país, al que en 2014 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) había quitado de su «mapa del hambre».

La decisión de Bolsonaro generó de inmediato una movilización popular de protesta, que incluyó la organización de grandes banquetes públicos en las calles de muchas ciudades: el banquetaço nacional. En torno de mesas cargadas de alimentos saludables, la resistencia de las comunidades celebró y al mismo tiempo reclamó el derecho a una alimentación y una nutrición adecuadas.

Además, muchas personas reforzaron su compromiso político y convocaron a un proceso de movilización permanente durante los cuatro años del mandato de Bolsonaro, a través de la Conferencia Popular sobre Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, que sesiona cada cuatro años para supervisar políticas y elaborar propuestas sobre la base de un análisis pormenorizado en los niveles local y nacional. Inmediatamente después de asumir como presidente de Brasil en enero, Luiz Inácio Lula da Silva reinstituyó el CONSEA, que está bajo la dirección de una de los autores (Recine) y que este año se reunirá con la conferencia popular para oír propuestas.

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