La reciente acusación del Secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, de que Siria contrabandea material de guerra hacia Irak hace surgir el preocupante temor de que Estados Unidos dirija su mirada hacia Damasco una vez que haya acabado con Bagdad.
La denuncia de Rumsfeld, vehementemente negada por Siria, se viene a agregar a una larga lista de problemas no resueltos en las relaciones de Siria con EEUU: el final abierto de la intervención siria en el Líbano y su constante apoyo a Hezbollah en esa zona; su supuesta participacíón en el ataque suicida de 1982 en Beirut, que mató a 241 marines estadounidenses; su permanente apoyo a varios grupos palestinos "fuera de la ley" y sus, supuestamente, crecientes reservas de armas químicas y biológicas. De hecho, desde hace mucho Siria está incluida en el listado del Departamento de Estado de EEUU de naciones que apoyan al terrorismo.
Por estas razones, Siria bien podría convertirse en un blanco potencial para el aventurerismo militar estadounidense. Incluso antes del inicio de las hostilidades actuales, la posibilidad fue planteada por ciertos miembros de la Administración Bush, como Richard Perle, y comentaristas de medios de comunicación conservadores, todos quienes con gusto agregarían a Siria al "Eje del Mal".
Reconociendo esta posibilidad, el régimen sirio ha dejado en claro su oposición a la guerra de Estados Unidos en Irak, la que ha sido calificada por el Presidente Bashir Assad y otros altos funcionarios como una "guerra de agresión". En una reciente entrevista a un periódico libanés, el Presidente Assad explicitó lo que piensan los altos niveles del gobierno sirio acerca de los riesgos que corre su nación.
Assad comparó las situaciones en el Líbano e Irak, insistiendo que Irak podía lograr lo que el Líbano ya había logrado hace dos décadas, es decir, la retirada forzosa de las tropas estadounidenses y británicas de cara a una férrea y sangrienta resistencia. "EEUU y el Reino Unido no serán capaces de controlar Irak", manifestó Assad.
Declarando que la "Resistencia popular árabe" a la invasión estadounidense se ha extendido por la región, Assad se refirió a la cada vez mayor cantidad de "voluntarios" árabes, sirios entre ellos, que han ido a Irak a luchar junto con los soldados de Saddam. Los árabes, senaló Assad, resistirán los intentos de EEUU por "reordenar la región como le plazca" para controlar sus riquezas petrolíferas y beneficiar los intereses de Israel. En respuesta, llamó a la aplicación del Pacto Árabe de Defensa Mutua.
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Recientemente, el Gran Muftí de Siria, Sheik Ahmad Kiftaro, de 90 anos de edad, llamó a todos los musulmanes del mundo a llevar a cabo "operaciones de martirio" contra los intereses estadounidenses, llamado que no se podría haber hecho sin la aprobación previa del gobierno. Parece que el régimen sirio se está arrinconando en una esquina oscura y sombría, lo que podría fijar las condiciones para un enfrentamiento potencial con EEUU en un futuro no muy lejano.
Una vez dicho lo anterior, sin embargo hay que también considerar un aspecto no publicitado de las relaciones sirio-estadounidenses. Desde los ataques terroristas contra Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001, la cooperación de seguridad entre los dos países parece haberse intensificado. El aparato de inteligencia sirio ha proporcionado mucha información valiosa acerca de las actividades de Muhammad Atta y otros sospechosos de haber participado en estos ataques, así como información sobre otras actividades de al-Qaeda. Hay varios indicadores de algún grado de intercambio de información de inteligencia entre sirios y estadounidenses acerca de cuán preparados los militares iraquíes estaban en las semanas previas a los ataques.
Esto no debería sorprender, ya que en los últimos treinta anos los gobernantes sirios han probado su habilidad para jugar a dos manos. Es incluso posible que la estridente postura antiestadounidense del régimen pueda ser una manera de esconder algún arreglo secreto con EEUU, especialmente sobre los kurdos y los miembros de la oposición iraquí que viven en Siria.
Sin embargo, si los estadounidenses ganan en Irak (lo que deben hacer, si es que desean mantener su credibilidad mundial como superpotencia), sus relaciones con sus nuevos vecinos sirios no serán fáciles. La resolución de todos los problemas pendientes no ocurrirá fácilmente. Más aún, la visión de Siria de la disputa árabe-israelí no se puede subestimar, ya que el consentimiento sirio es necesario para cualquier arreglo pacífico.
Si EEUU intenta aislar a Siria, no le resultará nada fácil. Damasco mantiene buenas relaciones políticas y económicas con Rusia, China y miembros clave de la UE, especialmente Francia, con su actitud paternalista hacia su ex colonia y el joven presidente que la gobierna. Por otra parte, con los estadounidenses controlando Irak, Siria se encontrará rodeada de tres vecinos aliados y poco amistosos (si no derechamente hostiles): los estadounidenses en el este, y los turcos e israelíes en el norte y en el sur, ambos con fuerzas de ocupación en territorios sirios.
Sin embargo, los problemas pendientes entre Siria y EEUU se resolverán mejor usando una hábil diplomacia, en lugar de bombas inteligentes. Considerando la evidencia que se puede ver en Irak, los líderes sirios deben estar preguntándose si la administración Bush es capaz de pensar en esos términos. Al mismo tiempo, ?probarán los nuevos gobernantes sirios su capacidad de cerrar el tipo de tratos maquiavélicamente astutos por los que el último presidente, Hafiz Al-Assad, era famoso? Puesto que muchos miembros de su equipo todavía gobiernan el país, tal posibilidad probablemente existe. ?Pero están dispuestos los estadounidenses a considerarla?
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South Korea's latest political crisis is further evidence that the 1987 constitution has outlived its usefulness. To facilitate better governance and bolster policy stability, the country must establish a new political framework that includes stronger checks on the president and fosters genuine power-sharing.
argues that breaking the cycle of political crises will require some fundamental reforms.
Among the major issues that will dominate attention in the next 12 months are the future of multilateralism, the ongoing wars in Ukraine and the Middle East, and the threats to global stability posed by geopolitical rivalries and Donald Trump’s second presidency. Advances in artificial intelligence, if regulated effectively, offer a glimmer of hope.
asked PS contributors to identify the national and global trends to look out for in the coming year.
La reciente acusación del Secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, de que Siria contrabandea material de guerra hacia Irak hace surgir el preocupante temor de que Estados Unidos dirija su mirada hacia Damasco una vez que haya acabado con Bagdad.
La denuncia de Rumsfeld, vehementemente negada por Siria, se viene a agregar a una larga lista de problemas no resueltos en las relaciones de Siria con EEUU: el final abierto de la intervención siria en el Líbano y su constante apoyo a Hezbollah en esa zona; su supuesta participacíón en el ataque suicida de 1982 en Beirut, que mató a 241 marines estadounidenses; su permanente apoyo a varios grupos palestinos "fuera de la ley" y sus, supuestamente, crecientes reservas de armas químicas y biológicas. De hecho, desde hace mucho Siria está incluida en el listado del Departamento de Estado de EEUU de naciones que apoyan al terrorismo.
Por estas razones, Siria bien podría convertirse en un blanco potencial para el aventurerismo militar estadounidense. Incluso antes del inicio de las hostilidades actuales, la posibilidad fue planteada por ciertos miembros de la Administración Bush, como Richard Perle, y comentaristas de medios de comunicación conservadores, todos quienes con gusto agregarían a Siria al "Eje del Mal".
Reconociendo esta posibilidad, el régimen sirio ha dejado en claro su oposición a la guerra de Estados Unidos en Irak, la que ha sido calificada por el Presidente Bashir Assad y otros altos funcionarios como una "guerra de agresión". En una reciente entrevista a un periódico libanés, el Presidente Assad explicitó lo que piensan los altos niveles del gobierno sirio acerca de los riesgos que corre su nación.
Assad comparó las situaciones en el Líbano e Irak, insistiendo que Irak podía lograr lo que el Líbano ya había logrado hace dos décadas, es decir, la retirada forzosa de las tropas estadounidenses y británicas de cara a una férrea y sangrienta resistencia. "EEUU y el Reino Unido no serán capaces de controlar Irak", manifestó Assad.
Declarando que la "Resistencia popular árabe" a la invasión estadounidense se ha extendido por la región, Assad se refirió a la cada vez mayor cantidad de "voluntarios" árabes, sirios entre ellos, que han ido a Irak a luchar junto con los soldados de Saddam. Los árabes, senaló Assad, resistirán los intentos de EEUU por "reordenar la región como le plazca" para controlar sus riquezas petrolíferas y beneficiar los intereses de Israel. En respuesta, llamó a la aplicación del Pacto Árabe de Defensa Mutua.
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Recientemente, el Gran Muftí de Siria, Sheik Ahmad Kiftaro, de 90 anos de edad, llamó a todos los musulmanes del mundo a llevar a cabo "operaciones de martirio" contra los intereses estadounidenses, llamado que no se podría haber hecho sin la aprobación previa del gobierno. Parece que el régimen sirio se está arrinconando en una esquina oscura y sombría, lo que podría fijar las condiciones para un enfrentamiento potencial con EEUU en un futuro no muy lejano.
Una vez dicho lo anterior, sin embargo hay que también considerar un aspecto no publicitado de las relaciones sirio-estadounidenses. Desde los ataques terroristas contra Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001, la cooperación de seguridad entre los dos países parece haberse intensificado. El aparato de inteligencia sirio ha proporcionado mucha información valiosa acerca de las actividades de Muhammad Atta y otros sospechosos de haber participado en estos ataques, así como información sobre otras actividades de al-Qaeda. Hay varios indicadores de algún grado de intercambio de información de inteligencia entre sirios y estadounidenses acerca de cuán preparados los militares iraquíes estaban en las semanas previas a los ataques.
Esto no debería sorprender, ya que en los últimos treinta anos los gobernantes sirios han probado su habilidad para jugar a dos manos. Es incluso posible que la estridente postura antiestadounidense del régimen pueda ser una manera de esconder algún arreglo secreto con EEUU, especialmente sobre los kurdos y los miembros de la oposición iraquí que viven en Siria.
Sin embargo, si los estadounidenses ganan en Irak (lo que deben hacer, si es que desean mantener su credibilidad mundial como superpotencia), sus relaciones con sus nuevos vecinos sirios no serán fáciles. La resolución de todos los problemas pendientes no ocurrirá fácilmente. Más aún, la visión de Siria de la disputa árabe-israelí no se puede subestimar, ya que el consentimiento sirio es necesario para cualquier arreglo pacífico.
Si EEUU intenta aislar a Siria, no le resultará nada fácil. Damasco mantiene buenas relaciones políticas y económicas con Rusia, China y miembros clave de la UE, especialmente Francia, con su actitud paternalista hacia su ex colonia y el joven presidente que la gobierna. Por otra parte, con los estadounidenses controlando Irak, Siria se encontrará rodeada de tres vecinos aliados y poco amistosos (si no derechamente hostiles): los estadounidenses en el este, y los turcos e israelíes en el norte y en el sur, ambos con fuerzas de ocupación en territorios sirios.
Sin embargo, los problemas pendientes entre Siria y EEUU se resolverán mejor usando una hábil diplomacia, en lugar de bombas inteligentes. Considerando la evidencia que se puede ver en Irak, los líderes sirios deben estar preguntándose si la administración Bush es capaz de pensar en esos términos. Al mismo tiempo, ?probarán los nuevos gobernantes sirios su capacidad de cerrar el tipo de tratos maquiavélicamente astutos por los que el último presidente, Hafiz Al-Assad, era famoso? Puesto que muchos miembros de su equipo todavía gobiernan el país, tal posibilidad probablemente existe. ?Pero están dispuestos los estadounidenses a considerarla?