PARÍS – Hace ya tiempo que hay preocupación por que los bancos centrales se “hayan quedado sin balas”. Al haber bajado sus tipos de interés oficiales hasta casi cero, han adoptado medidas cada vez más extravagantes, como, por ejemplo, la “relajación cuantitativa” y la “orientación sobre las perspectivas.” En vista de la confusión sobre la actividad económica real provocada por la crisis financiera, resulta difícil ofrecer una evaluación definitiva de hasta qué punto han funcionado bien o mal esas medidas, pero está claro que debe haber una forma mejor de hacer las cosas.
PARÍS – Hace ya tiempo que hay preocupación por que los bancos centrales se “hayan quedado sin balas”. Al haber bajado sus tipos de interés oficiales hasta casi cero, han adoptado medidas cada vez más extravagantes, como, por ejemplo, la “relajación cuantitativa” y la “orientación sobre las perspectivas.” En vista de la confusión sobre la actividad económica real provocada por la crisis financiera, resulta difícil ofrecer una evaluación definitiva de hasta qué punto han funcionado bien o mal esas medidas, pero está claro que debe haber una forma mejor de hacer las cosas.