WASHINGTON, DC – El pasado mes de octubre, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR por su sigla en inglés) abandonó su demanda de larga data de disposiciones de la Organización Mundial del Comercio para proteger los flujos de datos transfronterizos, impedir una localización forzada de los datos, salvaguardar los códigos fuente y prohibir que los países discriminen contra los productos digitales en base a la nacionalidad. Fue un cambio llamativo, que pone en peligro la supervivencia misma de la Internet abierta, con todo el intercambio de conocimiento, la colaboración global y el comercio transfronterizo que ésta hace posible.
WASHINGTON, DC – El pasado mes de octubre, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR por su sigla en inglés) abandonó su demanda de larga data de disposiciones de la Organización Mundial del Comercio para proteger los flujos de datos transfronterizos, impedir una localización forzada de los datos, salvaguardar los códigos fuente y prohibir que los países discriminen contra los productos digitales en base a la nacionalidad. Fue un cambio llamativo, que pone en peligro la supervivencia misma de la Internet abierta, con todo el intercambio de conocimiento, la colaboración global y el comercio transfronterizo que ésta hace posible.