LONDRES – Presiones geopolíticas y otros factores no económicos han situado a la economía global en una senda hacia la fragmentación. Además de los riesgos que conlleva, esta tendencia no sólo tendrá profundas implicaciones para la estabilidad económica y el crecimiento sino que también puede poner en riesgo la lucha contra el cambio climático.
LONDRES – Presiones geopolíticas y otros factores no económicos han situado a la economía global en una senda hacia la fragmentación. Además de los riesgos que conlleva, esta tendencia no sólo tendrá profundas implicaciones para la estabilidad económica y el crecimiento sino que también puede poner en riesgo la lucha contra el cambio climático.