El calentamiento global sin exageraciones

MALMÖ – El 26 de septiembre el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés) presentará el resumen de su informe de evaluación más reciente, el quinto en 23 años. Aunque el IPCC no es perfecto –son conocidas sus proyecciones de que todos los glaciares himalayos desaparecerían para 2035, pero la fecha más probable es 2350– sus numerosos expertos nos ofrecen en general la mejor información sobre el desafortunado tema del calentamiento global.

Debido a numerosas filtraciones, el contenido del informe se conoce casi del todo. Además, como hemos hecho esto ya cuatro veces, también se sabe la influencia que tendrá el informe a nivel político. Además, como veinte años de esfuerzos para abordar el problema del cambio climático no han dado resultados serios, sería útil explorar una estrategia diferente.

La nueva conclusión fundamental del informe es que el calentamiento global es real y se debe en mucho a nosotros. Se dirá y escribirá mucho sobre el hecho de que el IPCC ahora es más certero (95% respecto 90% en 2007) en que los humanos hemos provocado más de la mitad del aumento global de la temperatura desde 1950. Sin embargo, esto solamente confirma lo que hemos sabido desde hace mucho tiempo –que la combustión de combustibles fósiles emite CO2, lo que tiende a calentar el planeta. Como tuiteó el climatólogo, Andrew Dessler de la Universidad A&M de Texas: “Resumen del próximo informe del IPCC: ‘Exactamente lo que se dijo en los informes de 2007, 2001, 1995, etc….’”

Más específicamente, el proyecto de informe de junio muestra aumentos de la temperatura “similares” a los de los informes anteriores, de alrededor de 1.0 a 3.7 grados para fin de siglo. En el caso del aumento del nivel del mar, el IPCC ahora incluye modelos de la evolución de los glaciares de entre 3 y 20 centímetros, lo que conduce a una proyección total más alta de 40 a 62 centímetros para fin de siglo –mucho menor que la cifra desproporcionada y alarmante de 1 a 2 metros de aumento del nivel del mar, que muchos activistas ambientales, e incluso algunos medios publican.

Asimismo, el IPCC ha permitido proyecciones más bajas del aumento de la temperatura mediante la reducción de la parte inferior de sus cálculos de la llamada sensibilidad climática.Ahora también es menos evidente que los humanos hayan provocado fenómenos como huracanes y sequías desde 1950. En el informe de 2007, la estimación de que así había sido fue superior al 50%; ahora es inferior al 21%.

Con todo, estas conclusiones sensatas y moderadas se recibirán con un predecible alarmismo. Muchos imitarán al bloguero, Joe Romm, que ha declarado que “este informe ultraconservador y desde ahora obsoleto no toma en cuenta las investigaciones científicas más recientes”, y sigue sosteniendo que habrá aumentos de temperatura de 5º y aumentos del nivel del mar de 1.83 metros. Romm y muchos otros han hecho argumentos similares luego de la publicación del informe del IPCC de 2007, pues sostenían que las últimas investigaciones, mucho más alarmantes, se habían omitido.

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El principal problema para el IPCC es que la temperatura global ha aumentado poco o nada en los últimos años 10 a 20 años. Indudablemente, esta desaceleración no significa que no hay calentamiento global –sí hay; pero cuestiona cuánto calentamiento.

El IPCC tiene a su favor que acepta que “los modelos en general no reproducen la reducción observada en la tendencia de calentamiento de la superficie de los últimos 10 a 20 años”. Esto es importante porque si los modelos exageran los datos de décadas recientes, las proyecciones para el siglo son cuestionables.

En comparación con el aumento real de la temperatura desde 1980, el promedio de los 32 modelos principales (el llamado Coupled Model Intercomparison Project, CMIP5), (Proyecto de comparación de modelos acoplados, fase 5) lo sobrestiman entre 71 y 159% (véase gráfica). Una nueva investigación de Nature Climate Changemuestra que las proyecciones de los modelos climáticos predominantes exageraron el aumento de la temperatura en los últimos quince años en más de 300%.

Numerosas investigaciones de este año muestran que la desaceleración podría responder a un ciclo natural en el Atlántico o en el Pacífico que provocó que aumentaran más las temperaturas durante los años ochenta y noventas, pero que ahora ralentizaron o cesaron el calentamiento global. El calentamiento global es real, pero probablemente su magnitud se ha exagerado en el pasado, así como hoy se subestima.

Esto pone de relieve el hecho de que el IPCC siempre ha sostenido únicamente que más de la mitad del aumento de la temperatura se debe a los humanos, aunque en discusiones públicas usualmente se ha interpretado que es todo. Como subraya el IPCC, el cambio climático sí es un problema, pero el informe no contiene ninguno de los escenarios apocalípticos típicos de los medios, no hay alarmismo, ni demandas de los científicos de reducir emisiones en un porcentaje ‘x’ o de subsidiar generosamente los paneles solares.

Es casi seguro que todo esto se pierda en medio del barullo de los cabilderos que exigen acciones y de los medios hambrientos de malas noticias. En efecto, aunque el IPCC, según sus propios principios, es una organización neutral en lo que se refiere a las políticas, su director, Rajendra Pachauri, alimenta explícitamente la agitación al insistir que “la humanidad ha llevado al límite el sistema climático mundial”, y que necesitamos llevar a cabo una “transición para abandonar los combustibles fósiles” quizá mediante algún tipo de “precio del carbono”.

En consecuencia, el resultado probable de la publicación del informe será más de lo mismo; un mar de escenarios alarmantes, seguido de promesas de políticos de enormes reducciones de carbono y diseño de políticas onerosas que prácticamente no tienen impacto en el cambio climático.

Tal vez deberíamos modificar estas circunstancias. Debemos aceptar que sí hay calentamiento global. Pero también debemos aceptar que las políticas actuales son costosas y tienen pocas ventajas. La Unión Europea pagará 250 mil millones de dólares anuales por sus políticas corrientes para cambio climático durante ochenta y siete años. Con un costo de casi 20 billones de dólares, las temperaturas para fin de siglo disminuirán insignificantemente 0.05º.

Las tecnologías de energía ecológica actuales aún siguen siendo demasiado costosas y producen muy poco como para que sustituyan a las fuentes de energía existentes. Insistir en comprar estas propuestas onerosas que no solucionan es confundir lo que es prioritario. Lo que necesitamos es inversión en investigación y desarrollo para reducir el costo de la energía ecológica y estimular su escala. Cuando la tecnología solar y otras ecológicas puedan tomar el relevo de forma asequible, entonces habremos abordado el calentamiento global –sin angustia.

Traducción de Kena Nequiz

https://prosyn.org/8KIJvfzes