fischer197_SERGEI SUPINSKYAFP via Getty Images_russiaukrainewar Sergei Supinsky/AFP via Getty Images

La Guerra Fría ha vuelto

BERLÍN – La guerra de Vladimir Putin en Ucrania es un intento de hacer retroceder el reloj hasta el momento en que Rusia era una superpotencia que dominaba Europa del este. Sin embargo, en lo que equivale a una tentativa de cambiar el resultado de la Guerra Fría, ha sobreestimado tremendamente sus capacidades. Las realidades que se pueden apreciar en Ucrania han revelado que esta guerra, motivada por una nostalgia irracional por el régimen zarista, fue un grotesco error de cálculo.

Aunque todavía no sabemos cómo acabará o cuántas víctimas (en ambos lados) se cobrará la guerra, ya está claro que Putin no logrará ganarla, ni en el campo de batalla ni, especialmente, en el ámbito internacional. Con sus últimas amenazas de usar armas nucleares y su movilización de más de 300.000 reservistas, sin advertirlo ha dejado en evidencia su propia debilidad y la difícil situación en que lo han puesto los avances de Ucrania en el frente. Tras el estruendoso fracaso de su llamada “operación militar especial”, parece no tener más opción que convertir la batalla en una “guerra” abierta, haciendo uso de todos los recursos estratégicos de Rusia, incluido su arsenal nuclear.

Si Putin llegara a violar el tabú nuclear, que ha estado vigente desde 1945, convertiría a Rusia en un paria y la aislaría casi por completo de la escena internacional. Ni India ni China la imitarían, y tampoco Estados Unidos y la OTAN tolerarán una forma de escalada así de peligrosa. Como ya lo han señalado, responderían por medios militares de una forma bien calculada, pero no nuclear, que garantice “consecuencias catastróficas” para Rusia. En cuanto a Putin, un ataque nuclear sería un paso más hacia la derrota.

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