WASHINGTON D. C. – Hay un amplio consenso en que la distribución desigual del ingreso, la riqueza y las oportunidades en América Latina y el Caribe (ALC) dificultó la creación de sociedades unidas y democracias robustas, además de frustrar las ambiciones de los jóvenes; pero los intentos por cerrar la brecha entre ricos y pobres se quedaron cortos y los avances han llegado a un punto muerto. Los gobiernos necesitan con urgencia información que demuestre mejor la manera de remediar este problema de larga data.
WASHINGTON D. C. – Hay un amplio consenso en que la distribución desigual del ingreso, la riqueza y las oportunidades en América Latina y el Caribe (ALC) dificultó la creación de sociedades unidas y democracias robustas, además de frustrar las ambiciones de los jóvenes; pero los intentos por cerrar la brecha entre ricos y pobres se quedaron cortos y los avances han llegado a un punto muerto. Los gobiernos necesitan con urgencia información que demuestre mejor la manera de remediar este problema de larga data.