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Hay que tomar en serio al tribunal constitucional alemán

BERLÍN – La sentencia del Tribunal Constitucional Federal (TCF) de Alemania contra el programa de compra de activos del Banco Central Europeo, anterior a la pandemia, dejó pasmados a funcionarios y otros observadores fuera de Alemania. Muchos se sentirán tentados a ignorar el fallo por completo, o a escalar la batalla legal con el TCF. Pero ambas respuestas serían contraproducentes. La situación exige un debate serio sobre el mandato del BCE y los tratados europeos actuales.

En concreto, el TCF acusó al BCE de incumplir el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, al no someter su programa de compra de activos públicos (PSPP) a una correcta «evaluación de proporcionalidad». El tribunal considera que el PSPP trasciende el marco de la política monetaria y es una política económica en sentido más amplio, que ha impuesto costos indebidos a los pequeños ahorristas, a los contribuyentes y a determinados sectores. Por ello, el TCF considera que el BCE se acercó a transgredir, o que transgredió, la prohibición de extender financiación a los gobiernos de los estados miembros por la vía monetaria.

No es la primera vez que el TCF cuestiona al BCE, pero la última sentencia es sin duda una intensificación del conflicto. Mientras falte una evaluación de proporcionalidad de parte del BCE, el Bundesbank no podrá participar en el PSPP, lo cual puede tener amplias derivaciones respecto de la Unión Económica y Monetaria europea (UEM).

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