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Adiós al efectivo

NUEVA YORK – El Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos han dicho  que no tienen intenciones de abolir el efectivo físico si se introduce una moneda digital de banco central (CBDC por su sigla en inglés). Los informes recientes sobre políticas del BCE y de la Comisión de Bretton Woods están en contra de pagar intereses (positivos o negativos) sobre las CBDC. Los responsables de las políticas deberían reconsiderar ambas posturas. Existen buenos motivos no solo para respaldar la introducción temprana de las CBDC, sino también para pagar intereses por ellas y abolir el efectivo.

Estados Unidos viene rezagado en el ámbito de las CBDC. Según el rastreador de CBDC del Consejo Atlántico, las CBDC ya han sido lanzadas plenamente en 11 zonas monetarias, todas ellas economías en desarrollo y de mercados emergentes, y otros 100 países están explorando la idea. Estas zonas monetarias han apelado a dos argumentos comunes a favor de una CBDC: que puede impulsar la inclusión financiera y mejorar la eficiencia de los pagos y las liquidaciones.

Por supuesto, las CBDC también tienen sus críticos. Un argumento en su contra es que los bancos comerciales podrían ser dejados de lado en tanto los hogares y las empresas sustituyen sus depósitos en bancos comerciales por tenencias de CBDC. Este riesgo aumenta si una CBDC paga intereses (como lo hacen los depósitos bancarios). Otra preocupación es que el banco central, como emisor de la CBDC, podría obtener información sensible sobre las finanzas y las decisiones de gasto privadas de los tenedores de CBDC. Y otro temor es que las CBDC que operen en un mecanismo de consenso de cadena de bloques de prueba de trabajo haría un uso extraordinariamente intensivo de energía.

Sin embargo, existe un tercer argumento a favor de las CBDC. Si (y solo si) una CBDC paga intereses y está acompañada por la abolición del efectivo físico, mejorará la efectividad de la política monetaria al eliminar el límite inferior efectivo (LIE) sobre las tasas de interés de política.

El LIE, un artefacto de papel moneda del banco central con tasas de interés nominales iguales a cero, fue una limitación vinculante frecuente sobre la política monetaria de las economías avanzadas desde la crisis financiera de 2007-09 hasta que los responsables de las políticas empezaron (tardíamente) a aumentar las tasas de interés a fines de 2021 y principios de 2022. Como los bancos centrales no pudieron fijar las tasas de política en niveles significativamente negativos, tuvieron que recurrir al alivio cuantitativo (QE por su sigla en inglés) -monetizando las expansiones de sus balances a través de compras gigantescas de títulos públicos y privados.

El QE no solo no fue efectivo a la hora de impulsar tasas de inflación por debajo de la meta, sino que, además, fomentó burbujas de activos que siguen amenazando la estabilidad financiera e hizo que a los gobiernos imprudentes les resultara demasiado fácil tener déficits presupuestarios excesivos.

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En las economías avanzadas, los bancos centrales parecen dispuestos a mantener las tasas de política lo suficientemente altas durante suficiente tiempo como para llevar nuevamente la inflación al rango de meta del 2% para fines de 2024. Pero una inflación baja sumada a una tasa de interés real neutral baja aumentará la posibilidad de que el LIE vuelva a ser una limitación vinculante en caso de futuros shocks contractivos y desinflacionarios.

Después de todo, las estimaciones más recientes del Banco de la Reserva Federal de Nueva York de la R-star -la tasa de interés real consistente con pleno empleo e inflación estable dentro de la meta- están apenas por encima del 0,5% para Estados Unidos. Ese nivel bajo hace que resulte sumamente deseable eliminar el LIE. Si la inflación o el desempleo terminan materialmente por debajo de la meta, la FED podría fijar tasas de interés significativamente negativas, si fuera necesario.

Asimismo, el argumento estándar de la estabilidad financiera en contra de las CBDC que pagan interés tiene poco sentido. Si los tenedores privados de depósitos bancarios deciden cambiar por una CBDC, y si la desintermediación resultante se considera indeseable, el banco central puede realizar depósitos compensatorios con los intermediarios financieros afectados. Una corrida motivada por el miedo de depósitos bancarios no asegurados a CBDC se puede compensar y neutralizar de la misma manera.   

Del mismo modo, si bien ninguna CBDC puede replicar por completo la privacidad del efectivo físico, tal vez eso no sea tan malo. La anonimidad del efectivo hace que sea una opción preferida para las organizaciones criminales y terroristas en todo el mundo. Por otra parte, la información a disposición del banco central (y del gobierno) dependerá del diseño y la implementación de la CBDC.

En un extremo, podría haber un modelo completamente centralizado, en el que los bancos comerciales, otras instituciones financieras y todas las empresas y los hogares tengan cuentas en el banco central. Pero también podría haber un sistema de dos niveles en el que los bancos y otras instituciones financieras elegibles mantengan cuentas de CBDC mayoristas en el banco central y administren las CBDC minoristas al público. Una cuenta de CBDC minorista, en efecto, sería una cuenta bancaria convencional garantizada por el banco central. Los administradores de las cuentas minoristas pasarían a las autoridades relevantes solo la información requerida para cumplir con las reglas destinadas a combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo. En Estados Unidos, esto incluiría el cumplimiento de la Ley de Secreto Bancario.

O, en el otro extremo, podría haber un sistema basado en un registro distribuido completamente descentralizado, como muchas criptomonedas y monedas estables basadas en cadenas de bloques de hoy. Si bien los mecanismos de consenso de prueba de trabajo (que usa Bitcoin) consumen mucha energía y no se pueden escalar bien, las cadenas de bloque de prueba de participación (como las de Ethereum desde el 15 de septiembre de 2022) tal vez puedan superar estos obstáculos. En cualquier caso, una cadena de bloques permite que el historial de transacciones sea de dominio público, mientras que las identidades de los individuos pueden seguir siendo privadas (razón por la cual algunas criptomonedas también están siendo utilizadas por organizaciones criminales y terroristas).

Finalmente, pagar intereses sobre las CBDC no afectaría adversamente ni la inclusión financiera ni la eficiencia del sistema de pagos y liquidaciones.

Los responsables de las políticas que se oponen a abolir el efectivo físico e introducir una CBDC que pague intereses deberían recapacitar. Este es el momento de hacer las dos cosas -antes de que regrese el LIE.

https://prosyn.org/GfgTtOces